Romereports.com-Los cardenales son los príncipes de la Iglesia, un título que reciben directamente por voluntad del Papa. El término “cardenal” viene del latín, y significa literalmente “bisagra”, es decir, son el gozne, sobre el que gira la Iglesia.
Deben ser hombres que hayan destacado por su inteligencia, coherencia de vida, piedad y prudencia en la toma de decisiones. Se les “crea” en una ceremonia especial llamada “consistorio”. El último fue en noviembre de 2012 en el que Benedicto XVI creó 6 nuevos cardenales. Actualmente son un total de 207.
Su principal función es ayudar al Papa. Por eso suelen ser presidentes de los organismos de la Curia Romana o de grandes diócesis del mundo. Otra de las principales funciones de los cardenales es elegir al Papa en el período de Sede Vacante.
Dentro del colegio de cardenales hay tres tipos:
Los cardenales obispos son los de mayor rango. A este tipo pertenecen los patriarcas orientales. Hace cabeza entre todos, el cardenal decano que es considerado el primus inter pares, es decir, el primero entre iguales, cargo que tenía Joseph Ratzinger antes de ser elegido Papa.
Ahora, el cardenal decano es Angelo Amato, y el vicedecano, que es Roger Etchegaray, que están obligados a tener su residencia en Roma. Ambos tienen más de 80 años y no podrán votar en el cónclave.
El segundo tipo son los cardenales presbíteros, que son la mayoría. Ellos representan la universalidad de la Iglesia ya que suelen ser también arzobispos de grandes diócesis del mundo.
Y por último los cardenales diáconos y suelen ser nombrados por haberse distinguido en diversos campos. Entre ellos está el cardenal protodiácono, el más antiguo y el encargado de salir al balcón de la basílica de San Pedro para presentar al nuevo Papa tras su elección. El francés Jean-Louis Tauran es quien ocupa este cargo.
El rojo es el color de los cardenales, simboliza que están dispuestos a morir por su fe. También es característico el anillo, un regalo del Papa que simboliza su matrimonio con la Iglesia. En el interior suele tener grabado el escudo del pontífice que los ha nombrado.
Cardenales electores son todos aquellos que el día en que inicia la Sede Vacante tengan menos de 80 años. Se comprometen a votar en conciencia a quien consideren el más adecuado para ser el Sucesor de Pedro. En esta ocasión 117 tienen derecho a voto.
Cardenales rezan en la basílica de San Pedro por la elección del nuevo Papa
6 de marzo, 2013. (Romereports.com) Casi todos los cardenales que están en Roma han rezado durante una hora en la basílica de San Pedro por el próximo cónclave.
Primero, el maestro de ceremonias de los papas, Guido Marini, ha dirigido el rosario. Luego el cardenal Angelo Comastri, arcipreste de la basílica de San Pedro, ha presidido la Adoración eucarística.
Las congregaciones generales de la tarde del martes y miércoles se suspendieron para que los cardenales tuvieran más tiempo para hablar entre ellos y también, como en esta ocasión, para poder rezar con calma y pedir al Espíritu Santo que los ilumine ante la elección del nuevo pontífice.
¿Qué esperan los cardenales del nuevo Papa?
7 de marzo, 2013. (Romereports.com) La elección de un nuevo Papa no se puede tomar a la ligera. Así se lo hizo saber Benedicto XVI a los cardenales el último día de su pontificado. BENEDICTO XVI “Deseo deciros que continuaré estando muy cercano a vosotros con la oración, especialmente los próximos días, para que seáis totalmente dóciles a la acción del Espíritu Santo en la elección del nuevo Papa. Que el Señor os muestre lo que él quiere”. Este es el juramento que hacen los cardenales antes de cada votación:“Pongo por testigo a Cristo Señor, el cual me juzgará, de que doy mi voto a quien, en presencia de Dios, creo que debe ser elegido”.
Para un hombre de fe son palabras muy fuertes. El cónclave, está rodeado de medidas de prudencia y seguridad para evitar presiones externas. Y todo con un sólo objetivo: que puedan elegir a la persona indicada para guiar a la Iglesia.
Pero, ¿qué buscarán los cardenales cuando entren en la Capilla Sixtina?
P. BERNARDO ESTRADA-Profesor de Teología “Un pastor, y un pastor que sepa tomar decisiones, que este es el punto en el cual Benedicto XVI veía que ya no contaba con todas sus fuerzas para dar determinados giros o tomar decisiones en la Iglesia que sin ser traumáticos puedan significar un cambio de dirección”.
Los cardenales buscan un hombre de fe que tenga una vida de oración intensa porque debe asumir el liderazgo espiritual de millones de personas. Por tanto debe ser humilde, sencillo. El papado se percibe como un servicio a la Iglesia. Postularse para el cargo se considera pretencioso y por eso en Roma es conocido el refrán que recuerda que 'quien entra Papa en el Cónclave sale cardenal'.
P. BERNARDO ESTRADA-Profesor de Teología “Tiene que seguir en la línea de Benedicto XVI en cuanto a su pensamiento y a su enseñanza, Benedicto XVI es un gran teólogo”. En las últimas décadas la Iglesia ha hecho un gran esfuerzo para mostrar los lazos entre la fe y la razón. El Papa debe tener una gran preparación teológica e intelectual para seguir avanzando en esa línea. P. BERNARDO ESTRADA-Profesor de Teología “La posibilidad de que el Papa pueda renunciar efectivamente podría influir también en el hecho de que puedan escoger un cardenal que piensan que es el más valioso o el mejor para ese momento”
Hoy día el Papa debe hacer llegar su palabra a todas partes y para eso es imprescindible que tenga dotes de comunicador y que conozca la dinámica de los medios de comunicación.
Además la Iglesia es una gran institución con estructuras temporales. Su misión es sobrenatural pero para llevarla a cabo es necesario tener capacidad de gobierno trabajar en equipo, crear sinergias y, por supuesto, experiencia pastoral. CARD. JOSÉ SARAIVA MARTINS-Prefecto emérito de la Congregación para la Causa de los Santos “Debe tener las características, la preparación y la disponibilidad para afrontar los problemas fundamentales de la sociedad actual. De la Iglesia de hoy y de la sociedad contemporánea”. La tarea del Papa es ardua, exige hacer viajes largos, atender una agenda intensa con encuentros, discursos, catequesis y ceremonias. Y como ha explicado Benedicto XVI hace falta una mano firme para guiar el timón de la Iglesia. No es una tarea fácil. Los cardenales deberán esforzarse en la búsqueda. Aunque en último término saben gozan de un privilegio: tienen el comodín del Espíritu Santo.
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