domingo, 31 de mayo de 2015

El ángel de la ciudad de las hormigas podría ser la próxima santa japonesa

La señal de la Cruz nos recuerda que el Misterio de la Trinidad abraza nuestro ser y nuestra vida, dijo el Papa

"Este misterio abraza toda nuestra vida y todo nuestro ser cristiano -dijo el Papa en la reflexiómn previa a la oración del Ángelus-. Lo recordamos, por ejemplo, cada vez que hacemos la señal de la cruz: en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Y ahora los invito a hacer todos juntos – y con voz fuerte - la señal de la cruz ¡todos juntos! En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo".
Audio y texto completo traducido del Italiano de la reflexión del domingo de la Solemnidad de la Trinidad
«¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días! Y ¡Buen domingo!
Hoy celebramos la fiesta de la Santísima Trinidad, que nos recuerda el misterio del único Dios en tres Personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. La Trinidad es comunión de Personas divinas, las cuales son una con la otra, una para la otra y una en la otra: esta comunión es la vida de Dios, el misterio de amor del Dios Vivo. Y Jesús nos ha enseñado este misterio. Él nos ha hablado de Dios como Padre; nos ha hablado del Espíritu; y nos ha hablado de Sí mismo como Hijo de Dios. Y así nos ha revelado este misterio.  Y cuando, resucitado, ha enviado a los discípulos a evangelizar a todos los pueblos  les dijo que los bautizaran «en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt 28,19)
Este mandato, Cristo lo encomienda en todo tiempo a la Iglesia, que ha heredado de los Apóstoles el mandato misionero. Lo dirige también a cada uno de nosotros, que, gracias al Bautismo, formamos parte de su Comunidad.
Por lo tanto, la solemnidad litúrgica de hoy, al tiempo que nos hace contemplar el misterio estupendo - del cual provenimos y hacia el cual vamos - nos renueva la misión de vivir la comunión con Dios y vivir la comunión entre nosotros, sobre el modelo de esa comunión de Dios. No estamos llamados a vivir ‘los unos sin los otros, encima o contra los otros’, sino ‘los unos con los otros, por los otros y en los otros’. Ello significa acoger y testimoniar concordes la belleza del Evangelio; vivir el amor recíproco y hacia todos, compartiendo alegrías y sufrimientos, aprendiendo a pedir y conceder el perdón, valorizando los diversos carismas, bajo la guía de los Pastores. En una palabra, se nos encomienda la tarea de edificar comunidades eclesiales que sean cada vez más familia, capaces de reflejar el esplendor de la Trinidad y de evangelizar, no sólo con las palabras, sino con la fuerza del amor de Dios, que habita en nosotros.
La Trinidad, como había empezado a decir, es también el fin último hacia el cual está orientada nuestra peregrinación terrenal. El camino de la vida cristiana es, en efecto, un camino esencialmente ‘trinitario’: el Espíritu Santo nos guía al conocimiento pleno de las enseñanzas de Cristo. Y también nos recuerda lo que Jesús nos ha enseñado. Su Evangelio; y Jesús, a su vez, ha venido al mundo para hacernos conocer al Padre, para guiarnos hacia Él, para reconciliarnos con Él. Todo, en la vida cristiana, gira alrededor del misterio trinitario y se cumple en orden a este misterio infinito. Intentemos pues, mantener siempre elevado el ‘tono’ de nuestra vida, recordándonos para qué fin, para cuál gloria nosotros existimos, trabajamos, luchamos, sufrimos. Y a cuál inmenso premio estamos llamados.
Este misterio abraza toda nuestra vida y todo nuestro ser cristiano. Lo recordamos, por ejemplo, cada vez que hacemos la señal de la cruz: en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Y ahora los invito a hacer todos juntos – y con voz fuerte - la señal de la cruz ¡todos juntos! En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
En este último día del mes de mayo, el mes mariano, nos encomendamos a la Virgen María. Que Ella - que más que cualquier otra criatura, ha conocido, adorado, amado el misterio de la Santísima Trinidad - nos guíe de la mano; nos ayude a percibir, en los eventos del mundo, los signos de la presencia de Dios, Padre Hijo y Espíritu Santo; nos obtenga amar al Señor Jesús con todo el corazón, para caminar hacia la visión de la Trinidad, meta maravillosa a la cual tiende nuestra vida. Le pedimos también que ayude a la Iglesia a ser, misterio de comunión, a ser siempre una Iglesia comunidad hospitalaria, donde toda persona, especialmente pobre y marginada, pueda encontrar acogida y sentirse hija de Dios, querida y amada».

viernes, 29 de mayo de 2015

Sacerdote: Tras violación mi madre no abortó, perdoné y confesé a mi padre

REDACCIÓN CENTRAL, 17 Feb. 13 / 04:09 pm (ACI/EWTN Noticias).- “Yo podría estar en un tacho de basura, pero a mí se me dio la vida”, afirma el sacerdote Luis Alfredo León Armijos, de Loja (Ecuador) quien a sus 41 años comparte su historia al haber nacido tras una violación cuando su madre tenía solo 13 años. El presbítero también cuenta cómo conoció y perdonó a su padre a quien llegó a confesar y que ahora lleva una vida de fe.
Sacerdote Luis Alfredo León Armijos
En diálogo telefónico con ACI Prensa el 6 de febrero, el sacerdote diocesano y párroco de la Parroquia San José en Loja, relató que su madre, María Eugenia Armijos Romero, a su corta edad cuidaba y limpiaba una casa en Loja para ayudar a sus padres y a sus siete hermanos: “el dueño de la casa aprovechando que estaba solo, abusó de ella dejándola embarazada”.

A pesar del rechazo de su familia que “no quería que nazca el bebé por lo que la golpeaban en la barriga y le dieron bebidas para que abortara”, María siempre defendió la vida de su hijo y al verse sola y sin apoyo “oró y sintió en su corazón que el Señor le decía: defiende ese niño que está en ti”, contó el P. León.

María huyó de Loja hacia la ciudad de Cuenca donde sobrevivió por sus propios medios. El domingo 10 de octubre de 1961 a las 10:00 a.m., en un parto lleno de complicaciones por su corta edad y su pequeña contextura, nació Luis Alfredo con algunos problemas respiratorios que el amor de madre también ayudaron a sanar.

Después de un tiempo y con la ayuda paterna, María volvió a Loja para empezar “una vida como madre soltera. Le tocó quedarse a cargo de su violador –mi padre – quien acepta reconocerme y hacerse cargo de mi, pero eso no quiere decir que las cosas estaban sanas entre ellos”, relató el P. León.

El presbítero recuerda que su “padre visitaba siempre la casa y cumplía con nosotros. Ellos (sus padres) tuvieron 3 hijos más, y mi relación con él era distante pero buena. Le tenía mucho respeto, infundía autoridad, conmigo ha sido muy fuerte, me llevaba a trabajar”.

Cuando el P. León tenía 16 años lo invitaron a la Renovación Carismática donde “tuve mi primer encuentro con Cristo, aprendí de su amor maravilloso”, y comenzó a predicar y dar catequesis “en todo lugar que Dios me ponía” como los buses y la correccional de menores.

A los 18 años sintió el llamado a la vocación sacerdotal e ingresó al Seminario de Loja sobreponiéndose a la oposición de su padre. “Él me decía: tú no puedes ser sacerdote porque tú debes saber bien quién eres”.

Con un permiso especial del Obispo por su corta edad, fue ordenado a los 23 años: “fue toda una bendición para mi vida”, recuerda.

Dos años después ingresó al Camino Neocatecumenal y su madre le contó, tras terminar la relación con su padre, cómo fue que vino al mundo. Eso marcó el punto de inicio para un camino de reconciliación de ambos. El sacerdote ayudó a su mamá a entender que no podía odiar a su padre y que Dios la invitaba a amar su propia historia.

El sacerdote relató a ACI Prensa que con esta experiencia él comprendió que siempre había predicado a los demás del amor de Cristo en sus vidas y ahora entendía que “Dios me permitía ser sacerdote no para juzgar sino para perdonar, para ser instrumento de su misericordia, y yo había juzgado mucho a mi padre por todo”.

Años más tarde recibe una llamada de su padre “se iba a operar y le daba miedo, y me dijo: quiero que me confieses”. Después de unos 30 años que no comulgaba, “mi padre regresa a la comunión, a la Eucaristía”.

“Yo le decía: papá, usted merece el cielo, una vida eterna, así como la Iglesia a mí también me está haciendo ver el cielo, y en ese momento mi padre se lleno de lágrimas”.

Cuando el P. León predica a madres gestantes que pasan por dificultades les recuerda que así como Jeremías, Dios forma en el vientre la vida de un hijo, y que no lo vean como “un hijo que trae sufrimiento, que trae dolor, yo les digo que un hijo trae la salvación, trae bendiciones”.

“Como Jesucristo que fue insultado, perseguido, ya desde niño fue causa y cruzdel dolor, en sus hijos reciban la bendición de Jesús” agregó.

El presbítero aconseja a los hijos que conozcan bien “la historia de uno. Aprendan a ver las cosas desde el amor de Dios. Uno puede enterarse de su historia y odiar la propia vida, juzgar a Dios como me había pasado a mí, pero descubrí que el amor de Dios había estado ahí cuidándome la vida”.

“Joven, si el padre de la tierra se ha equivocado y te ha fallado, el padre Dios nunca nos ha fallado. Si eres hijo e madre soltera debes ver en tu vida cómo el padre Dios te ha cuidado”, exhorta.

“Yo pude estar en un tacho de basura, pero a mí se me dio al vida, yo digo es una gratuidad, todo lo que tengo, la vida en sí misma es un don exquisito que Dios da”, concluyó.

jueves, 28 de mayo de 2015

Los cristianos mundanos y rigoristas alejan a la gente de Jesús

(RV).-   Hay cristianos que alejan a la gente de Jesús porque piensan sólo en su relación con Dios o porque son especuladores o mundanos o rigoristas. Y hay cristianos que escuchan verdaderamente el grito de cuantos tienen necesidad del Señor: Es la reflexión del Papa en su homilía de la Misamatutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta.
En efecto el Pontífice al comentar el Evangelio del ciego Bartimeo que pide a gritos a Jesús que lo cure y a quien los discípulos le dicen que se calle, el Papa Francisco enumeró tres grupos de cristianos. Hay cristianos que se ocupan sólo de su relación con Jesús, una relación “cerrada y egoísta”, y no sienten el grito de los demás:
“Aquel grupo de gente, tampoco hoy siente el grito de los tantos que tienen necesidad de Jesús. Un grupo de indiferentes: no sienten, creen que la vida es su grupito, allí; están contentos; son sordos al clamor de tanta gente que tiene necesidad de salvación, que tiene necesidad de la ayuda de Jesús, que tiene necesidad de la Iglesia. Esta gente es gente egoísta. Vive para sí misma. Son incapaces de sentir la voz de Jesús”.
“Después  –  prosiguió el Papa Bergoglio –  están aquellos que sienten este grito que pide ayuda, pero que quieren hacerlo acallar”. Como cuando los discípulos alejaron a los niños, “para que no incomodaran al Maestro”: “el Maestro era de ellos, era para ellos, no era para todos. Esta gente aleja de Jesús a aquellos que gritan, que tienen necesidad de fe, que tienen necesidad de salvación”. Entre estos se encuentran los “especuladores, que están cerca de Jesús”, están en el templo, parecen “religiosos”, pero “Jesús los expulsó, porque hacían negocios allí, en la casa de Dios”.
Son aquellos “que no quieren oír el grito de petición de ayuda, sino que prefieren hacer sus negocios y usan al pueblo de Dios, usan a la Iglesia, para hacer sus propios negocios. Estos especuladores alejan a la gente de Jesús”. Y en este grupo están los cristianos “que no dan testimonio”:
“Son cristianos de nombre, cristianos de salón, cristianos de recepción, pero su vida interior no es cristiana, es mundana. Uno que se dice cristiano y vive como un mundano, aleja a aquellos que gritan ayuda a Jesús. Después están los rigoristas, aquellos a los que Jesús reprocha que cargan tantos pesos sobre los hombros de la gente. Jesús les dedica a ellos todo el capítulo 23 de San Mateo. ‘Hipócritas – les dice – explotan a la gente’. Y en lugar de responder al grito que pide salvación, alejan a la gente”.
En fin – dijo el Papa –  hay un tercer grupo de cristianos, “aquellos que ayudan a acercarse a Jesús”:
“Está el grupo de los cristianos que tienen coherencia entre lo que creen y lo que viven, y ayudan a acercarse a Jesús, a la gente que grita, pidiendo salvación, pidiendo la gracia, pidiendo la salud espiritual para su alma”.
“Nos hará bien hacer un examen de conciencia” – concluyó el Pontífice su homilía – para comprender si somos cristianos que alejan a la gente de Jesús o la acercan porque sentimos el grito de tantos que piden ayuda para su propia salvación.

miércoles, 27 de mayo de 2015

El noviazgo es el tiempo en que los novios deben trabajar sobre el amor como artesanos

(RV).- En su catequesis de la audiencia general – celebrada el último miércoles de mayo en la Plaza de San Pedro y ante la presencia de varios miles de fieles y peregrinos procedentes de numerosos países – el Papa Francisco, prosiguió sus reflexiones sobre la familia y la vida real, centrándose, en esta ocasión, en el noviazgo, llamado a poner las bases de un proyecto de amor común asumido con plena conciencia.
Hablando en italiano el Santo Padre explicó que la misma palabra “noviazgo”, tiene que ver con la confianza, la confidencia y la fiabilidad. Confidencia con la vocación que Dios da – dijo también Francisco – porque el matrimonio es, ante todo, el descubrimiento de una llamada de Dios.
Tras destacar que es una cosa bella que hoy los jóvenes puedan elegir casarse basándose en el amor recíproco, el Papa afirmó que precisamente la libertad del vínculo requiere una consciente armonía de la decisión, y no sólo una relación basada en la atracción o el sentimiento. Porque como explicó elObispo de Roma, el matrimonio, como vocación, establece una alianza tan sólida y duradera, que hace de dos vidas una sola, un auténtico milagro de la libertad humana y de la gracia de Dios.
El Papa también recordó que semejante alianza no se improvisa. De ahí que el noviazgo cree las condiciones favorables para que el hombre y la mujer se conozcan a fondo, para que maduren la decisión responsable por algo tan grande, que no se puede comprar ni vender. Mientras la cultura consumistadel “usar y tirar” y del “todo y enseguida”, imperante en nuestra sociedadsuele tender a convertir el amor en un objeto de consumo, que no puede constituir el fundamento de un compromiso vital.
Por eso Francisco dijo que la Iglesia, en su sabiduría, precisamente para proteger la profundidad del sacramento ha preservado la distinción entre el noviazgo y el matrimonio. Y, de hecho, los cursos prematrimonialesconstituyen una expresión de su solicitud por la preparación de los esposos.
El Santo Padre concluyó afirmando que el tiempo del noviazgo puede llegar a ser un tiempo de iniciación a la sorpresa de los dones espirituales con los que el Señor, a través de la Iglesia, enriquece el horizonte de la nueva familia que se dispone a vivir en su bendición.
(María Fernanda Bernasconi - RV).
Texto de la catequesis del Papa Francisco sobre el noviazgo (con agregados)
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Continuando con estas catequesis sobre la familia, hoy quisiera hablar del noviazgo. El noviazgo tiene que ver con la confianza, la familiaridad, la confiabilidad. Confianza con la vocación que Dios dona, porque el matrimonio es, antes que nada, el descubrimiento de una llamada de Dios.
Ciertamente es algo bello que hoy los jóvenes puedan elegir casarse sobre la base de un amor recíproco. Pero la libertad del vínculo requiere una armonía consciente de la decisión, no sólo un simple entendimiento de la atracción o del sentimiento, de un momento, de un tiempo breve… requiere un camino.
El noviazgo, en otros términos, es el tiempo en el cual los dos están llamados a realizar un trabajo bello sobre el amor, un trabajo partícipe y compartido, que va en profundidad. Se descubre poco a poco el uno al otro, es decir,  el hombre ‘aprende’ acerca de la mujer de esta mujer, su novia; y la mujer ‘aprende’ acerca del hombre de este hombre, su novio. No subestimemos la importancia de este aprendizaje: es un compromiso bello, y el mismo amor lo solicita, porque no es solamente una felicidad despreocupada, una emoción encantada…
La narración bíblica habla de la creación entera como un trabajo bello del amor de Dios; el libro del Génesis dice que: «Dios miró todo lo que había hecho, y vio que era muy bueno. (Gen 1,31). Solamente al final, Dios ‘descansó’. De esta imagen entendemos que el amor de Dios, que dio origen al mundo, no fue una decisión improvisada. ¡No! Fue un trabajo bello. El amor de Dios creó las condiciones concretas de una alianza irrevocable, sólida, destinada a durar.
La alianza de amor entre el hombre y la mujer, alianza para la vida, no se improvisa, no se hace de un día al otro. No existe el matrimonio ‘express’es necesario trabajar sobre el amor, es necesario caminar. La alianza del amor del hombre y de la mujer se aprende y se refina. Me permito decir que es una alianza artesanal. Hacer de dos vidas una vida sola, es también casi un milagro, un milagro de la libertad y del corazón, confiado a la fe.
Debemos quizá comprometernos más sobre este punto, porque nuestras ‘coordenadas sentimentales’ se han ido confundiendo un poco. Quien pretende querer todo e inmediatamente, después sede también sobre todo - y de inmediato - en la primera dificultad (o en la primera ocasión). No hay esperanza para la confianza y la fidelidad de la donación de sí mismo, si prevalece el hábito a consumir el amor como una especie de ‘suplemento alimenticio’ del bienestar psico-físico. ¡El amor no es esto!
El noviazgo se centra en la voluntad de cuidar juntos algo que nunca deberá ser comprado o vendido, traicionado o abandonado, por más tentadora que pueda ser la propuesta. Pero también Dios, cuando habla de alianza con su pueblo, lo hace algunas veces en términos de noviazgo. El libro de Jeremías, hablando al pueblo que se había alejado de Él, le recuerda cuando el pueblo era la ‘novia’ de Dios y dice así: «Me recuerdo de ti, del afecto de tu juventud, del amor al tiempo de tu noviazgo» (2, 2).
Y Dios ha hecho este recorrido del noviazgo; después hace también una promesa: lo hemos escuchado al inicio de la audiencia, en el libro de Oseas: «Te haré mi esposa para siempre, te haré mi esposa en la justicia y en el derecho, en el amor y en la benevolencia. Te haré mi esposa en la fidelidad y tu conocerás al Señor» (2, 21-22). Es una larga vía la que el Señor recorre con su pueblo en este camino de noviazgo. Al final, Dios se casa con su pueblo en Jesucristo: esposa de Jesús la Iglesia. El Pueblo de Dios es la esposa de Jesús. ¡Pero cuánto camino!
Y ustedes italianos, en su literatura tienen una obra de arte sobre el noviazgo. Es necesario que los jóvenes lo conozcan, que lo lean; es una obra de arte en donde se dice la historia de los novios que han padecido tanto dolor, han recorrido un camino lleno de tantas dificultades hasta llegar al final, al matrimonio. No dejen a un lado esta obra de arte sobre el noviazgo que la literatura italiana les ofrece. Vayan hacia adelante, léanlo y verán la belleza, el sufrimiento, pero también la fidelidad de los novios.
La Iglesia, en su sabiduría, cuida la distinción entre el ser novios y el ser esposos, - no es lo mismo - sobre todo en vista de la delicadeza y profundidad de esta evaluación. Estemos atentos a no despreciar con un corazón ligero esta enseñanza sabia, que se nutre también de la experiencia del amor conyugal felizmente vivido. Los símbolos fuertes del cuerpo conservan las claves del alma: no podemos tratar los vínculos de la carne con ligereza, sin abrir alguna duradera en el espíritu (1 Cor 6, 15-20).
Es verdad, la cultura y la sociedad de hoy se han vuelto, más bien, indiferentes a la delicadeza y a la seriedad de este paso. Y por otro lado, no se puede decir que sean generosos con los jóvenes que tienen serias intenciones de formar una familia y a ¡traer al mundo hijos! Es más, a menudo ponen mil obstáculos, mentales y prácticos. El noviazgo es un camino de vida que debe madurar como la fruta, es un camino de madurez en el amor, hasta el momento en que se convierte en matrimonio.
Los cursos prematrimoniales son una expresión especial de la preparación. Y nosotros vemos tantas parejas, que quizá llegan al curso un poco ‘sin quererlo’, “pero estos sacerdotes que nos hacen hacer un curso” Pero ¿por qué? ¡No sabemos! Y van a regañadientes. Pero después están contentos y agradecen, porque de hecho han encontrado allí la ocasión - ¡A menudo la única! – para reflexionar sobre su experiencia en términos no banales. Sí, muchas parejas están juntas tanto tiempo, quizá también en la intimidad, a veces conviviendo, pero no se conocen verdaderamente. Parece extraño, pero la experiencia demuestra que es así. Por eso, va revalorizado el noviazgo como tiempo de conocimiento recíproco y de compartir de un proyecto.
El camino de preparación al matrimonio viene configurado en esta perspectiva, valiéndose también del testimonio simple pero intenso de cónyuges cristianos. Y dirigiéndose también a lo esencial: la Biblia, de redescubrir juntos, en forma consciente; la oración en su dimensión litúrgica, pero también en aquella ‘oración doméstica’, para vivir en familia, los sacramentos, la vida sacramental, la Confesión, en la cual el Señor viene a demorar en los novios y los prepara para recibirse verdaderamente el uno al otro ‘con la gracia de Cristo’; y la fraternidad con los pobres, con los necesitados, que nos provocan la sobriedad y el compartir. Los novios que se comprometen en esto crecen los dos y todo esto lleva a preparar una linda celebración del Matrimonio en forma distinta, ¡No mundano sino en modo cristiano!
Pensemos en estas palabras de Dios que hemos escuchado cuando Él habla a su pueblo como el novio a la novia: «Yo te desposaré para siempre, te desposaré en la justicia y el derecho, en el amor y la misericordia; te desposaré en la fidelidad, y tú conocerás al Señor» (Os 2, 21-22). Cada pareja de novios piense en esto y diga el uno al otro: “Te haré mi esposa, te haré mi esposa”. Esperaré aquel momento; es un momento, es un recorrido que va lentamente hacia adelante, pero es un camino de maduración. Las etapas del camino no deben ser quemadas. La maduración se hace así, paso a paso.
El tiempo del noviazgo puede convertirse de verdad en un tiempo de iniciación, ¿A qué? A la sorpresa de los dones espirituales con los cuales el Señor, a través de la Iglesia, enriquece el horizonte de la nueva familia que se dispone a vivir en su bendición. Ahora les invito a rezar a la Sagrada Familia de Nazaret: Jesús, José y María. Recen para que la familia realice este camino de preparación; recen por los novios. Recemos a la Virgen todos juntos, un Ave María para todos los novios, para que puedan entender la belleza de este camino hacia el Matrimonio. [Ave María….]. Y a los novios que están en la plaza: “¡Buen camino de noviazgo!”.

martes, 26 de mayo de 2015

«San Felipe Neri: luminoso modelo de la misión permanente de la Iglesia en el mundo», mensaje del Papa

El mundo de hoy, sobre todo la juventud, tiene una gran necesidad de la Palabra de Dios, de oración y de obras de caridad
En el Año jubilar, con motivo del V Centenario del Nacimiento del santo conocido también como ‘Apóstol de Roma’, el Papa Francisco se une espiritualmente a toda la Confederación del Oratorio, con un mensaje dirigido al Procurador General, P. Mario Alberto Avilés.
Destacando la actualidad del ejemplo de San Felipe Neri - para obispos, sacerdotes y personas consagradas -  «para testimoniar a todos el amor y la misericordia del Señor», el Papa recuerda que «también, gracias al apostolado» del fundador de la Congregación del Oratorio, «el compromiso en favor de la salvación de las almas volvió a ser una prioridad en la acción de la Iglesia». Fue guía para tantos, impulsando la preparación para recibir dignamente los Sacramentos, así como en la vida cristiana, a través de la historia de los Santos y de la Iglesia, y las obras de caridad en favor de los más pobres.
Su misión de ‘cincelador de almas’, adornada con su calidez humana, su alegría, su mansedumbre y su dulzura, se afianza en su ardiente experiencia de Cristo y en el Espíritu divino que dilató su corazón
Tras recordar su fecundo método educativo, que hizo de él un auténtico padre y maestro de almas, y  la profunda convicción de Felipe Neri de que el camino de la santidad se arraiga en la gracia del «encuentro con el Señor, accesible a toda persona, de cualquier estado o condición, que lo acoja con el estupor de los niños», el Obispo de Roma escribe que «el estado permanente de misión de la Iglesia requiere, a los hijos espirituales de San Felipe Neri, que no se conformen con un vida mediocre. Sino todo lo contrario, siguiendo la escuela de su Fundador, están llamados a ser hombres de oración y de testimonio para atraer a las personas a Cristo».
«En nuestros días, sobre todo en el mundo de los jóvenes, tan queridos por el Padre Felipe, hay una gran necesidad de personas que recen y sepan enseñar a rezar», reitera el Santo Padre, evocando luego su enseñanza sobre la Eucaristía celebrada, adorada y vivida.
El mensaje pontificio culmina con la invocación de la Madre de Dios, tan entrañable para este santo: «Virgen Madre, Madre Virgen», deseando que Ella acompañe a los oratorianos en el camino de una adhesión a Cristo cada vez más fuerte y en el compromiso de un celo cada vez más verdadero entestimoniar y predicar el Evangelio.  
Con su renovado ruego de rezar por su ministerio petrino, el Papa acompaña su mensaje con una especial Bendición Apostólica, que imparte de corazón a todos los miembros de las Congregaciones oratorianas, a los laicos de los Oratorios seculares y cuantos están asociados a su familia espiritual.
El Año Jubilar con motivo del V centenario del nacimiento de San Felipe Neri concluirá el 26 de mayo de 2016.

lunes, 25 de mayo de 2015

La riqueza que no es compartida genera corrupción

(RV).- Es necesario hacer de modo que si se poseen riquezas éstas sirvan al “bien común”. Porque la abundancia que se vive de manera egoísta es “triste”, quita “esperanza” y genera “todo tipo de corrupción”, grande o pequeña. Lo afirmó el Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta.
El camello y el ojo de la aguja, es decir, cómo el “entusiasmo” por Cristo se transforma en pocos instantes en “tristeza y cerrazón en sí mismo”. La escena que el Santo Padre comentó en su homilía es una de las más famosas del Evangelio. El joven rico que encuentra a Jesús, pide seguirlo y le asegura que quiere vivir desde siempre los mandamientos, pero después cambia totalmente su humor y actitud cuando el Maestro le dice que el último paso que debe cumplir, eso que le falta es vender sus bienes, darlos a los pobres y entonces seguirlo. De golpe, “la alegría y la esperanza” desaparecen en aquel joven, porque él, no quiere renunciar a su riqueza:
“El apego a las riquezas es el inicio de todo tipo de corrupción, por doquier: corrupción personal, corrupción en los negocios, también la pequeña corrupción comercial, la de aquellos que quitan 50 gramos al peso justo, corrupción política, corrupción en la educación… ¿Por qué? Porque aquellos que viven apegados al propio poder, a las propias riquezas, creen que están en el paraíso. Están cerrados, no tienen horizonte, no tienen esperanza. Y al final, deberán dejar todo”.
Ricos y estériles
El Papa observó que “hay un misterio en la posesión de las riquezas”. Porque “las riquezas tienen la capacidad de seducir, de llevarnos a una seducción y de hacernos creer que estamos en un paraíso terrenal”. En cambio – afirmó Francisco – aquel paraíso terrenal es un lugar sin “horizonte”, semejante a aquel barrio que el Papa Bergoglio recordó haber visto en la década de los años setenta, en que vivía gente acomodada que había fortificado los límites para defenderse de los ladrones:
“Y vivir sin horizonte es una vida estéril, vivir sin esperanza, es una vita triste. El apego a las riquezas nos da tristeza y nos hace estériles. Digo ‘apego’, no digo ‘administrar bien las riquezas’, porque las riquezas son para el bien común, para todos. Y si el Señor a una persona se las da es para que las utilice para el bien de todos, no para sí mismo, no para que las encierre en su corazón, que después con esto se vuelve corrupto y triste”.
Abrir la mano y el horizonte
El Santo Padre insistió en que las riquezas que carecen de generosidad, “nos hacen creer que somos poderosos, como Dios. Y al final nos quitan lo mejor, la esperanza”. Pero Jesús – recordó Francisco –  en el Evangelio indica cuál es la justa modalidad para vivir una abundancia de bienes:
“La primera Bienaventuranza: ‘Bienaventurados los pobres de espíritu’, es decir, despojarse de este apego y hacer que las riquezas que el Señor le ha dado a él sean para el bien común. La única manera. Abrir la mano, abrir el corazón, abrir el horizonte. Pero si tú tienes la mano cerrada, tienes el corazón cerrado como aquel hombre que hacía banquetes y se vestía lujosamente, no tienes horizontes, no ves a los demás que tienen necesidad y terminarás como aquel hombre: lejos de Dios”.

domingo, 24 de mayo de 2015

MADE IN DIOS

9 ideas para rezar el Rosario cuando estas muy muy ocupado

He decidido que hacer el Rosario diario será una prioridad en mi vida. Si tú piensas que no tienes 20 minutos para sentarte a hacer oraciones a María y meditar sobre los misterios de la vida de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, yo encontraré 20 minutos en tu ocupada agenda. Ten en cuenta que no tienes que rezar los 5 misterios continuos, puedes dividirlos durante el día, y no es necesario que lleves un rosario contigo, para eso tienes 10 dedos que te ayudarán con este propósito.

A continuación te presentamos 9 ocasiones perfectamente apropiadas para que reces el Rosario HOY, por muy ocupado que esté tu día.

1. Mientras corres.

¿Acostumbras a trotar regularmente? Acompaña tu actividad física haciendo el Rosario, en vez de escuchar música. En internet puedes encontrar muchos podcasts (mp3) y aplicaciones que te permiten escuchar y rezar mientras corres.

2. En el automóvil.

Es asombroso cómo he aprendido a rezar el Rosario mientras me desplazo de un lugar a otro, mientras voy camino al supermercado, poner gasolina, llevar los niños a la escuela o rumbo al trabajo. Los viajes en el vehículo suelen ser de más de 20 minutos, así que los aprovecho activamente. Uso un CD con el Rosario y lo rezo mientras lo escucho. Me hace sentir como si estuviera rezando en grupo.

3. Mientras limpias. 

Reza mientras pasas la aspiradora, doblas la ropa, quitas el polvo y o lavas los trastes del almuerzo. Mientras lo haces, puedes interceder y bendecir con tu oración a todos aquellos que se verán beneficiados por tus esfuerzos por un hogar más limpio y organizado

4. Mientras sacas el perro a pasear. 

¿Llevas a pasear tu perro todos los días? Aprovechar el tiempo de paseo para rezar el Rosario es mucho mejor que dejar que tu mente vague sin sentido ¡Mantenla centrada en Jesús y María!

5. En tu hora de almuerzo. 

Toma un descanso a diario para tu almuerzo y sentarte en silencio a rezar el Rosario. Durante los meses de verano podrías hacerlo afuera y disfrutar contemplando las bellezas de la naturaleza que Dios nos ha regalado.

6. Caminando en un paseo a solas

Una vez a la semana considera rezar un rosario caminando. Llevas el rosario en la mano y caminas al ritmo de la oración. Otras personas podrán verte haciéndolo, así que tendrás que evitar la pena, ser valiente y dar testimonio alegre de oración. Un sacerdote de mi parroquia solía hacerlo en lugares visibles alrededor de la ciudad y era increíblemente poderoso verlo rezando mientras caminaba a la vista pública.

7. Antes de acostarte a dormir. 

Es una hermosa manera de tener a Jesús y María como últimos pensamientos en tu mente antes de dormir. El único riesgo es quedarte dormido antes de terminar el rosario entero. Concéntrate en el amor que le tienes a la Virgen y nuestro Señor para mantenerte despierto. Recuerda las palabras de Jesús “Velen y oren para no caer en la tentación, porque el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil” (Mateo 26,41)

8. En la Iglesia. 

rosary

Es muy poderoso rezar el Rosario en la presencia de Jesús Sacramentado y junto a otras personas de tu parroquia. Haz una cita semanal con Jesús para visitarlo en el Santísimo Sacramento y rezar el Rosario en Adoración. O, si tu parroquia tiene la práctica del Rosario en Grupo ¡Únete! (Muchas parroquias suelen rezarlo grupalmente antes de la Santa Misa)

9. Mientras estás esperando

¿Cuántas veces estamos esperando algo en el día? Durante la espera en la fila del supermercado, en el consultorio del médico o en la parada del autobús, puedes rezar una década del Rosario cada vez que esperas y al final del día lo habrás terminado completo

¿Qué otras sugerencias tienes para hacer el rosario en tus días ocupados? Déjanos tus respuestas en los comentarios.

Traducción al español y adaptación de PildorasdeFe.net del artículo publicado originalmente en CatholicNewbie.com