Él permanecía allí mientras todos corrían a escampar bajo las columnas y otros lo buscaban solamente para tomarle una foto. De repente una mujer se quedó a su lado para cubrirlo con una sombrilla, y un caballero decidió separarse para arrodillarse a su lado y rezar.
Así permanecieron los tres durante la mayor parte de la misa. Estaban rodeados de lentes pero no les importaba. El fraile, solo identificado como Massimo, rompió el silencio para darle a su acompañante el saludo de la paz, primero y luego en inglés.
"Me quedaré hasta que vea el humo blanco", dijo esta mañana. Coppo vive en Asís, en la región de Umbria, en una comunidad de franciscanos que predica el voto de pobreza y vida dedicada a la oración. Licenciado en Ciencias de la Agricultura, fue profesor hasta los 32 años, cuando conoció a la comunidad. Hasta entonces era protestante - fue a esa edad que se encontró con un católico y comenzó a emplear lo que él llama vocación. "Conocí a algunos hombres en Perugia y se dio cuenta de que quería ser católico. Fue entonces cuando lo dejo todo, trabajo, bienes, etc, para orar y para dedicarse a Dios. "
El franciscano hizo un llamado a orar por el nuevo Papa, y ser conscientes de que el final de los tiempos se acerca. Él venía de Asís, y espero al final de la misa para hablarle a la gente que llevaba rato viéndolo inmóvil.
“Si nos arrodillamos delante de Dios, Él nos da todo. Es importante estar unidos para pedirle a Jesús que tenga misericordia en estos tiempos”, dijo al final de su lapso de oración.
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