Antes de la vigilia, programada a partir de las 10:30 p.m., las personas veían a través de dos pantallas gigantes ubicadas en la misma calle (una en frente de la Nunciatura y la otra al costado de la Catedral), imágenes de Francisco cuando aún era Arzobispo de Buenos Aires, así como cuando fue presentado por primera vez ante el mundo como Papa.
Para muchos jóvenes que conversaron con ACI Prensa, la presencia de un latinoamericano en la Silla de Pedro es un hecho que aún no acaban de asimilar, pero que sin embargo, es una alegría porque los motiva a querer seguir su ejemplo y “salir a las calles a anunciar a Cristo”, como lo expresó uno de ellos.
Como preparación para pasar todo la noche en oración, los jóvenes portaban sus termos con la tradicional bebida del mate, y algunos de ellos llevaron colchas para protegerse del frío.
En la Plaza y en las calles aledañas no faltaron los vendedores ambulantes, ofreciendo banderas del Vaticano y de Argentina, y muchos recuerdos con la figura de Francisco.
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