lunes, 27 de mayo de 2013

La cultura del bienestar nos impide seguir a Jesús...

Para seguir a Jesús debemos despojarnos de la cultura del bienestar y de la fascinación de lo provisional. Es lo que ha destacado el Papa esta mañana en la Misa de la casa de Santa Marta. El Papa ha destacado que debemos hacer un examen de conciencia sobre las riquezas que nos impiden acercarnos a Jesús.


En la Misa concelebrada por el cardenal Philippe Barbarin, arzobispos de Lion, han participado un grupo de colaboradores del Consejo Pontificio de los Agentes Sanitarios, guiados por el presidente, mons. Zygmunt Zimowski, y un grupo de colaboradores de los Servicios Económicos de Gobernación, con el doctor Sabatino Napolitano a la cabeza.

Jesús le pregunta a un joven que le dé todas sus riquezas a los pobres y seguirlo, pero este se va entristecido. El Papa Francisco ha realizado la homilía partiendo de este episodio célebre relatado en el Evangelio de hoy. Destacó que “las riquezas son un impedimento” que “dificulta en el camino hacia el Reino de Dios”.

Por lo demás, advirtió “cada uno de nosotros tiene sus riquezas, todos”. Hay siempre, dijo, una riqueza que “nos impide ir hacia Jesús”. Y esta se busca. Todos, prosiguió, “debemos hacer un examen de conciencia sobre cuáles son nuestras riquezas, porque nos impiden acercarnos a Jesús en el camino de la vida”. El Papa se ha referido a “dos riquezas culturales”:

En primer lugar la “cultura del bienestar, que nos hace apocados, nos hace vagos, nos hace egoístas”. El bienestar “nos anestesia, es una anestesia”.

“’No, no, más de un hijo no, porque no podemos irnos de vacaciones, no podemos ir allí, no podemos comprarnos una casa’. Está bien seguir al Señor, pero hasta un cierto punto. Esto es lo que nos hace el bienestar. Todos sabemos bien como es el bienestar, pero esto nos hace arrastrarnos, nos despoja de la valentía, del coraje de ir cerca de Jesús. Esta es la primera riqueza de nuestra cultura de hoy, la cultura del bienestar”.

Después, añadió, “otra riqueza de nuestra cultura”, una riqueza que nos impide ir hacia Jesús : es la fascinación de lo pasajero”. Nosotros, observó, estamos “enamorados de lo pasajero”. Las “propuestas definitivas” que nos hace Jesús, dijo, “no nos gustan”. Lo pasajero nos gusta, porque “tenemos miedo del tiempo de Dios” que es definitivo:

“Él es el Señor del tiempo, nosotros somos los señores del momento, ¿por qué? Porque en el momentos somos señores: hasta ahora sigo al Señor, después veremos… Escuché decir a uno que quería convertirse en sacerdote, pero sólo para diez años… ¡Cuántas parejas, cuántas parejas se casan, sin decirlo, pero con el corazón el pensamiento: ‘hasta que el amor dure… ¡luego veremos!’ La fascinación de lo pasajero: esta es una riqueza. Debemos convertirnos en señores del tiempo, reducimos el tiempo a un momento. Estas dos riquezas son las que en este momento nos impiden avanzar. Pienso en tantos, tantos hombres y mujeres que han dejado su tierra para ir como misioneros para toda la vida: ¡esto es lo definitivo!

Pero también, dijo, pienso en tantos hombres y mujeres, “que han dejado su propia casa para hacer un matrimonio que dure toda la vida”; esto es “¡seguir a Jesús de cerca!. ¡Es lo definitivo!!. Lo pasajero, afirmó el Papa Francisco, “no es seguir a Jesús”, es nuestro “territorio”

Ante la invitación de Jesús, ante estas dos riquezas culturales pensemos en los discípulos: estaban desconcertados. También nosotros podemos estar desconcertados por este discurso de Jesús. Cuando Jesús explicaba algo todavía quedaban más estupefactos. Pidamos al Señor que nos dé el coraje de seguir adelante, despojándonos de esta cultura del bienestar, con la esperanza –al final del camino, donde Él nos espera- en el tiempo. No con la pequeña esperanza del momento que no sirve de nada. Así sea”.
VIDEO: http://youtu.be/2kqVJdQYj5w

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