lunes, 27 de mayo de 2013

Desde Nuuk, capital de la ‘Tierra Verde’, pues eso significa Groenlandia.

Por el Padre Fabio Schilereff, especial para La Nueva Radio Suárez.
“Para el 8 de mayo, la nieve cubrió completamente Nuuk”.
Queridos todos:


Comienzo la crónica con un poco de historia, supongo que conocida por la mayoría, pero que igualmente considero oportuno hacer presente. Hacia el año 1630, un cierto portugués, de nombre Antonio Faría de Sá, hacendado de Sumampa, jurisdicción de Córdoba del Tucumán, pidió a un amigo suyo, Juan Andrea, marino, que le trajese del Brasil una imagen de la Concepción de María Santísima con el propósito de venerarla en la Capilla que estaba construyendo en su estancia. Juan Andrea cumplió el encargo y le trajo no una, sino dos imágenes de Nuestra Señora, que llegaron al puerto de Buenos Aires. Una, según el pedido, era de la Purísima Concepción; la otra, del título de la Madre de Dios con el niño Jesús dormido entre los brazos, que actualmente conocemos como ‘de Sumampa’. Un día del mes de mayo, una caravana de carretas partió de Buenos Aires rumbo al norte llevando las dos imágenes. Antes de cruzar el río Luján, la carreta que llevaba las imágenes no pudo ser movida del lugar. Pensando que el exceso de peso era la causa del contratiempo, descargaron la carreta pero ni aun así la misma se movía. Preguntaron entonces al carretero sobre el contenido del cargamento. “Al fondo hay dos pequeñas imágenes de la Virgen”, respondió. Descargaron uno de los cajoncitos, pero la carreta quedó en su lugar. Subieron ese cajoncito y bajaron el otro, y los bueyes arrastraron sin dificultad la carreta. Cargaron nuevamente el segundo y nuevamente no había quien la moviera. Abrieron entonces el cajón y encontraron la imagen de la Virgen Inmaculada que hoy se venera en Luján. Y en el territorio pampeano resonó una palabra que en siglos posteriores continuaría brotando de incontables corazones: ¡Milagro! ¡Milagro! Es lo que podríamos llamar la ‘milagrosa inmovilización’.

Lo curioso es que después de esa ‘milagrosa inmovilización’, la bella Imagen “Nuestra Señora de la Pura y Limpia Concepción del Río Luján” sí quiso moverse y salir a misionar. Ya desde los primeros tiempos, cuando todavía la santa Imagen se hallaba en el Oratorio de Doña Matos, el negro Manuel, el santo varón encargado de custodiarla, la hallaba muchas mañanas llena de rocío y con abrojos en el vestido, y entonces él empezaba a decirle qué necesidad tenía de salirse de su nicho, siendo poderosa para obrar cualquier maravilla sin moverse de su lugar. Y también esta otra frase que se le apropia “¿Cómo es que eres tan amiga de los pecadores, que sales en busca de ellos, cuando ves que te tratan tan mal?”

Vemos entonces cómo desde el principio mostró su ‘espíritu de misionera’ y no solo en nuestro país, sino también hacia tierras lejanas. Testigos son nuestros misioneros que han llevado la Virgen de Luján a los cinco continentes. Del mismo modo, gracias especialmente a una persona de Buenos Aires, que como buen samaritano hizo mucho, por no decir casi todo, para la fiesta de este año nuestra querida Virgen de Luján quiso hacerse presente en Nuuk, capital de la ‘Tierra Verde’, pues eso significa Groenlandia. La imagen fue realizada, como en muchas otras oportunidades, por el sacristán de la Basílica de Luján, Miguel Cárdenas. Luego enviada por correo y así llegó a estas tierras de misión para su novena. En el traslado sufrió algunas averías, que el P. Gerardus supo reparar muy bien. La entronizamos en el living de nuestra casa, lugar donde asisten los laicos para el café. El domingo previo a su fiesta el P. Bollini predicó sobre el milagro de Luján y por qué es la patrona de nuestra Familia Religiosa. Después de la Misa los laicos pudieron conocer la venerada Imagen y al domingo siguiente se les entregó una breve reseña en inglés que preparó el P. Bollini junto con el P. Gerardus.

Para el 8 de mayo, la nieve cubrió completamente Nuuk y esa blancura de la nieve, así como le sirvió al evangelista para intentar decir algo sobre el resplandor de Jesús de Nazaret en su Transfiguración, de la misma manera nos sirvió a nosotros para pensar que la Blancura de la siempre Pura y Limpia Concepción había llegado a Groenlandia. Por la tarde los cuatro sacerdotes celebramos la Misa solemne en inglés, acompañados por la religiosa japonesa, quien después de la Misa aprovechó a contemplar más detenidamente la Imagen y hacernos algunas preguntas.

Hasta aquí creo haber relatado lo principal de este suceso. Resulta tal vez muy poco lo acaecido, o si se quiere, demasiada discreta la llegada de la Virgen y es posible que así sea, pero recuerden que ha arribado a una tierra de misión. No hemos tenido procesiones, tampoco un grupo nutrido de fieles que se acerquen a venerarla, ni misas multitudinarias… solo un feligrés. Sin embargo lo que ha significado para nosotros, sacerdotes religiosos que además tenemos el cuarto voto de esclavitud a la Virgen María y a la Dulce Imagen de Luján como Patrona, es difícil de expresar y tal vez este gozo no sea tanto para describir sino para sentirlo. Es la Imagen de la Madre que nos acompaña en estas lejanías y que nos alienta en esta tarea que la Iglesia ha encomendado al Instituto. Análogamente a la Virgen, a quién solemne y públicamente le hemos ofrecido nuestra vida, oraciones y todo lo que más o menos podamos hacer en y por la misión, como hijos necesitados que somos le podemos aplicar aquello que el Doctor Carmelita mística y poéticamente anota en su Llama de Amor Viva: “¡Oh cauterio suave! … ¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado… que a vida eterna sabe…”

Por eso que la presencia de la sagrada imagen en nuestra casa es un verdadero consuelo y da la posibilidad de renovar el fervor misionero, aquel que probablemente para muchos se despertó por primera vez en nuestra querida Finca, donde siempre hemos besado el manto de Luján en la capilla de la Anunciación. La Virgen, ‘tan cercana’ nos aviva la memoria para no olvidar que en la misión sólo hay que preocuparse por hacer todo lo que Jesús quiera. Es Ella la que repitiendo el magisterio cananeo, nos dice que está todo en las manos de su Hijo y lo único que nos encomendó a los sacerdotes y religiosas es ‘no negarle nada’. En eso se puede pasar el día el misionero, pensando en qué quiere Jesús y cómo lo quiere. Y eso es una gran tarea, o mejor dicho, eso también es misión. Y más aún para los que estamos en particularidades como las de Groenlandia y tantísimos otros lugares semejantes, en que pueden intentar engañarnos con las objeciones mil veces repetidas: ¿por qué allí? ¿para qué? ¡con tanta necesidad en otros lugares!, etc. Hace pocos días una persona me escribía “Hay días en que sólo rezan mis rodillas y me consuela pensar que Jesús en la cruz ‘aparentemente’ no hacía nada y fue cuando más hizo...” A nosotros también nos consuelan estas impresionantes verdades de Jesús que nos dan luz a la hora de entender más la épica tarea misionera de la Iglesia a lo largo de estos dos mil años y la naturaleza de la vocación misionera… y que las apariencias engañan…

El Corazón de la Misión, ese Corazón de Madre, ya está en Nuuk. A Ella nos consagramos, como lo hacemos en cada Misa o en cada Rosario, para que nos conduzca a nosotros religiosos y a las almas de los fieles, muchas huérfanas de Madre, a su Hijo Jesús. ¡Viva la Virgen de Luján!
P. Fabio Schilereff.   MAS FOTOS: http://www.lanuevaradiosuarez.com.ar/noticias_enero_2013/2013-05-24-ao.htm

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