domingo, 7 de septiembre de 2014

Rico, tibio e hiperactivo, Jean-Marc tuvo una experiencia mística ante el Santísimo y se transformó...

Rico, tibio e hiperactivo, Jean-Marc tuvo una experiencia mística ante el Santísimo y se transformó

La experiencia del francés Jean-Marc Potdevin forma parte de estos encuentros sorprendentes que Cristo ofrece a veces a personas que parecen no esperar pero que están dispuestas a cambiar su vida desde el momento en que la luz de Dios se manifiesta a ellos. 

Ofrecemos a continuación algunos fragmentos del testimonio de Jean-Marc Potdevin, business angel, ingeniero, millonario, ex CTO de Kelkoo (un comparador de precios online), ex vicepresidente de Yahoo! Europa, casado con 4 hijos, deportista, aventurero, hiperactivo, y cristiano tibio y poco convencido hasta vivir un encuentro que cambió su vida. Fue en 2008, cuando empezó el Camino de Santiago, insatisfecho con lo que tenía y sin saber qué quería ni qué buscaba.

- ¿Entonces cómo se ha reencontrado con Dios?
-Es Él quien vino a mi encuentro. Cara a cara. Y eso es muy impresionante. Ocurrió un poco por casualidad. Había entrado en Puy-en-Velay [famoso santuario francés, inicio de una ruta del del Camino de Santiago, nota de ReLen una capilla durante la adoración al Santísimo Sacramento –yo no sabía lo que era- y casi instantáneamente se apareció frente a mí, muy grande, muy impresionante. Y yo que nunca he fumado ni tomado psicotrópicos, etcétera, puedo deciros que se hace raro ver lo sobrenatural surgir así.



- ¿Y su psiquiatra qué dice de ello?
-Los psiquiatras tienen la noción de delirio místico. Yo sé lo que he visto, estaba perfectamente consciente en el momento de esta experiencia, de esta casi-experiencia de Dios, y he encontrado después en los libros criterios precisos que permiten distinguir un delirio místico de una casi-experiencia de Dios. Dicho esto, más tarde me he dado cuenta también de que hay que ser cauteloso con este tipo de aparición. Evidentemente la he buscado porque la sensación es tan buena que se busca la consolación en cuanto tal, pero eso es bastante peligroso. San Juan de la Cruz es claro al respecto: no hay que buscar este tipo de experiencia.

- ¿Cómo se hace para ver a Dios?
- Se le deja hacer. Es Él quien hace todo el trabajo. No es necesariamente sencillo dejarle hacer. Pero he encontrado un libro que se ha convertido en mi libro de cabecera, Je veux voir Dieu [Quiero ver a Dios, n.d.t.] del Padre Marie-Eugène del Niño Jesús y en este libro él explica las buenas disposiciones que permiten justamente dejarle hacer al Señor para que venga a nosotros, entre ellas la humildad, el don de sí y el silencio.

- Una conversión, ¿qué cambia exactamente?
- Lo cambia todo. Porque pone el mundo al revés. Al final, eso lo vuelve a poner a uno en su lugar más precisamente, es una inversión de focal. Es un poco como en Alicia en el país de las maravillas cuando ella pasa al otro lado del espejo, en la historia de Lewis Carroll. Al otro lado del espejo, el mundo está invertido: la izquierda pasa a la derecha, el fuerte se convierte en débil, mis debilidades son mis fuerzas. Lo más impresionante es darse cuenta del impacto, de la manera como la gracia actúa en el mundo. Yo he tenido que volver a aprender todas las cosas: a andar, a hablar, a escribir, a comportarme. Porque una vez que las reglas del mundo se han invertido, se vuelve a empezar en este mundo como un recién nacido.



- ¿Después ha invitado usted a Dios a sus encuentros de business angel?- Dios ya está presente. Él ya está allí. Dicho esto, ahora me pasa que hablo con los empresarios ya sea de Dios directamente (es un poco más raro) o indirectamente a través de la doctrina social de la Iglesia.

»Los empresarios se plantean preguntas sobre el sentido del trabajo, de la responsabilidad, de su compromiso, el sentido de la propiedad, el sentido del dinero. Y en ningún sitio se les educa. No son formados en las escuelas de comercio, de ingeniería, de negocios, ni en los MBA. Y sin embargo son cuestiones fundamentales.

- ¿Qué le gustaría transmitir a los lectores de su libro?
-Me he dado cuenta de que yo era un cristiano mal creyente después del encuentro con el Señor. Y de que hacía muchas cosas al revés. Quizás transmitir eso.

»Un segundo aspecto que es importante para mí en este libro: la función del testimonio. Yo no puedo guardar este tesoro para mí. Es un poco difícil hablar de estas cosas íntimas, de estas cosas de la fe. Pero no puedo guardar este tesoro: es necesario que lo dé. La gente no lo sabe. En todo caso, algunas personas no lo saben y yo no puedo guardarlo.

VER MAS: «Las palabras no pueden explicar lo que yo he vivido»
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=37416

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