viernes, 26 de septiembre de 2014

“Felices los pobres de corazón…”


La bienaventuranza que compartimos hoy, es una gran noticia y novedad para muchos que no la conocen aún, y es el camino de vida para todos. Algunos chicos me han dicho, cuenta Pablo Martínez, que “ser pobres de Espíritus” sería no ir a misa o no tener fe, y si Jesús nos lo propone… no creo que sea ese el camino.
Pablo detalló que existen 3 pobrezas: la pobreza material (falta de educación, salud, empleo) y por supuesto que Jesús no la quiere; pobres de bienes espirituales, personas que no saben alimentar su corazón, que no puede acceder al amor, la justicia y la paz. Esta realidad de “sociedades tristes” es muy común en nuestro tiempo, donde hay riquezas materiales pero carencias interiores.
¿Entonces qué es ser pobres de espíritu? Miremos a Jesús, porque Él es el modelo concreto de lo que nos pide. A diferencia de las otras, la pobreza de Jesús no es una carencia sino una actitud. Por ejemplo:
+ Dios se hace hombre. San Pablo utiliza la expresión “el Hijo de Dios se anonadó”. Dios, la omnipotencia, la grandeza, se hizo chiquito y limitado. Y pensar que la sociedad me propone caminos diferentes: cuántos hinchados (no por el aire del espíritu) sino por el de la sobervia. Jesús va por otro lado, se hace pequeño. Una persona pobre de espíritu es una persona que no la “cancherea”. Él se hace pequeño y nos invita a ser pequeño.
+ El Mesías que estaba esperando Israel… en realidad viene como un bebé y envuelto en pañales. No llega estruendoso, sino como un ser bien débil, cosa que continuará hasta el final. Jesús nace en la “cucha” de los animales. El Señor se despojó “y fue a parar a la cucha” y sólo aquellos que supieron reconocerlo en el establo pudieron ver la profesía del Mesías que iba a nacer en Belén. El poder y el tener no son caminos para la manifestación de Dios. Sólo los pobres pastores y los osados buscadores del oriente supieron encontrarse con el niño. Jesús no se apega a las cosas y lo deja bien en claro mostrándolo con sus acciones. Después de grande le reprocharán sus actitudes ¿pero éste no es el hijo del carpintero? ¿puede salir algo bueno de Nazareth?. Jesús no es VIP (persona importante) sino MIP ( el más importante).
“Si hacés algo bueno que tu mano izquierda no se entere de lo que hizo la izquierda” dirá Jesús.Él es simple y sencillo: pasó aproximadamente 30 años en el anonimato. Antes de irse, ese jueves por la noche, lavó los piés de sus amigos como último testimonio.
Por eso el Señor, Dios, aparece en el mundo de los hombres entre “cucha” y palangana. ¿No es una excelentísima noticia para tantos afanosos de deseos y poder?. ¿Querés saber cómo se vive la pobreza de espíritu? Miralo a Jesús.
Servicio1

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