La realidad supera la fantasía, suele decirse algunas veces. Y éste ha sido el caso de la llegada del Papa a Río de Janeiro… Tras ser recibido en el aeropuerto Antonio Carlos Jobim por la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, hemos visto viajar al Obispo de Roma en un sencillo automóvil, Fiat Idea, color plateado, que hasta el año pasado se fabricaba en esta nación, en evidente contraste con los demás autos que formaban parte del séquito papal.
Lo que ya se denomina el “estilo sobrio de Francisco” caracterizó el trayecto que recorrió hasta la catedral donde, no sin gran preocupación por parte de la seguridad, y ante el literal “asalto” de los jóvenes, el vehículo en el que viajaba el Santo Padre permaneció bloqueado en varias ocasiones, a pesar de lo cual el Papa decidió mantener la mayor parte del tiempo la ventanilla abierta para estar en contacto con la gente. Nunca antes se había visto una escena semejante…
Una vez frente a la catedral Francisco realizó un breve recorrido en papamóvil para saludar y bendecir a las miles de personas que se iban agolpando a su paso…, antes de tomar el helicóptero que lo condujo al Palacio de Guanabara, donde lo aguardaba la presidenta para la ceremonia de bienvenida que se realizó con una hora de retraso.
La presidenta se congratuló con el primer Papa latinoamericano. Habló de solidaridad, derechos humanos y paz entre las naciones, destacando el nombre que el Papa ha elegido. Y manifestó su seguridad de encontrarse ante un líder religioso sensible al deseo de nuestros pueblos. También aludió a la oportunidad que ofrece la democracia para discutir acerca de nuestros valores a fin de renovar la esperanza en un mundo mejor.
Ciertamente esta ciudad se caracteriza por el calor de sus habitantes. Aquí la gente sabe sonreír. Es capaz de expresar su alegría por las cosas buenas de la vida siguiendo, tal vez sin saberlo, uno de los consejos que nos ha dado recientemente el mismo Papa en una de sus homilías de las misas matutinas. Y si bien están acostumbrados a recibir a huéspedes ilustres, o a que Río de Janeiro sea sede de importantes manifestaciones internacionales, en esta ocasión se tiene la certidumbre de que ha llegado el huésped más esperado y, al mismo tiempo, más “inesperado” de todos los tiempos. Como sucedió cuando el mundo conoció al Papa Francisco, la tarde de aquel inolvidable 13 de marzo en que se presentó sonriendo y saludando con un sencillo “buenas tardes”.
Desde Río de Janeiro, María Fernanda Bernasconi, Radio Vaticano.
AUDIO: http://es.radiovaticana.va/news/2013/07/22/la_esperada_llegada_del_papa_desbordó_la_alegría_en_río/spa-712310
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