martes, 7 de enero de 2014

Papa Francisco, pastor con olor a oveja en una parroquia de la periferia romana

¡Ahora me tengo que ir, pero Jesús siempre se queda con nosotros. Gracias y los bendigo! Así se despidió el Papa Bergoglio con una bendición especial a los niños, incluyendo a los que van a nacer y a los abuelos y abuelas que son la sabiduría. Francesco de dos meses, bautizado esa misma mañana, que representaba al Niño Dios, es el más pequeño de los 200 actores del pesebre viviente que visitó el Obispo de Roma, la tarde de la Solemnidad de la Epifanía, en la parroquia de San Alfonso María de Ligorio, en el barrio de Prima Porta, de la periferia norte de la capital italiana. Una visita estrictamente privada, marcada por la cálida alegría de los parroquianos, encabezados por Don Dario, el párroco que le había escrito al Papa para invitarlo. Recibido por unos ‘pastorcitos’ de la sagrada representación de una pequeña Belén, con los personajes y bodegas típicos de la época en que nació Jesús, sonriendo, acariciando y bendiciendo, el Santo Padre expresó en todo momento su gran alegría y entusiasmo, también cuando le apoyaron un corderito sobre los hombros, recordando al Buen Pastor.
Después de una oración personal, el contacto directo con las personas y el saludo cargado de emoción. Y no podía faltar el diálogo:
¡Les agradezco por la acogida y por el fervor cristiano que tienen!
Agradezco a esta comunidad por ese hermoso pesebre que han hecho con tanto trabajo y la buena catequesis que saben dar...
Termina la Navidad y comienza el año....
¡Pero Jesús siempre se queda con nosotros! ¿Creen esto?
¡Sí!!!!!!!
¿Jesús se queda con nosotros?
Sí!!!!!!!
¿También el Diablo se queda con nosotros?
¡Nooooo!!!!
¿Jesús vence?
Sí!!!!!!!
¿El diablo nos vence?
¡Nooooo!!!!
¡Bravo! Muy bien los felicito, están muy bien preparados....
Ahora los bendigo
Viva, Jesús
Viva María y Viva José 


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