viernes, 6 de diciembre de 2013

Mi amigo el Papa...

A Mariano Fazio y a Francisco los une una amistad de 13 años. Este lo describe como un hombre de comentarios agudos e irónicos que escapa de las grandes reuniones
Por  Aida Zuazo D. - Fotos: Jorge Uechi / Internet

El papa Francisco le dijo en una misiva que era un ‘caradura’, por haber escrito un libro sobre él. Pero líneas más adelante le prometió que lo va a leer y que se va a divertir.

Son unas líneas llenas de ironía que ponen de manifiesto la cercanía que hay entre Jorge Mario Bergoglio y Mariano Fazio, monseñor argentino y vicario del Opus Dei para Argentina, Paraguay y Bolivia. Fazio escribió el libro El papa Francisco, las claves de su pensamiento en 112 páginas que se venden por menos de $us 10 en los diferentes sitios web cristianos.
Según sus seguidores, es la biografía más cercana del porteño.

“Todavía no puedo creer que haya encontrado tiempo para escribirme. Es realmente un hombre de Dios”, reconoce Fazio, un sacerdote de estatura y contextura promedio que aparenta tener menos de los 53 años que declara. Está vestido con el traje de los sacerdotes, pantalón y camisa negra, el tradicional alzacuello, zapatos negros y medias azul marino. Se diría que es impecable y pulcro, nada de uñas sucias o mal cortadas.

Accedió a hablar con Extra de Francisco, quien, además de ser un líder espiritual, todos los días hace noticia. Un gesto, una foto o una declaración lo convierten en uno de los papas más carismáticos de la historia y blanco de varios libros escritos en torno a su figura y cargo.

Ya sea con una nariz de payaso, abrazando a un enfermo con el rostro y el cuerpo desfigurados o aguantando con paciencia a un chiquillo travieso, Francisco da cuenta de su buen humor y, sobre todo, de su sencillez.

“Bergoglio tiene cara de velorio”, le decían en el arzobispado de Buenos Aires, según cuenta Fazio y, al parecer, una vez sentado en el trono de Pedro, aprendió a sonreír más.

Entender la personalidad de este papa ‘venido desde el fin del mundo’, como él mismo se presentó apenas fue elegido sucesor de Benedicto XVI, es muy complejo. Los críticos y ‘opinadores’ aseguran que le tocará a él reconstruir la credibilidad moral de la Iglesia y enfrentar los escándalos sobre finanzas del Vaticano, en un mundo en el que la fe está más débil que nunca.

Fazio se puso manos a la obra y recopiló la vida del sacerdote latinoamericano que tras la muerte de Juan Pablo II ya era favorito para convertirse en su sucesor.

Asegura que su niñez estuvo marcada por vicisitudes económicas, los Bergoglio trabajaron duro para sostenerse. “No pasaron hambre, pero tampoco podían darse el lujo de tener automóvil o de ir al cine”.
Tal vez por ello el adolescente Jorge Mario Bergoglio trabajó a la par que estudiaba y una vez convertido en sacerdote manifestó a sus superiores su deseo de ser enviado a Japón, petición que fue denegada por su imperfecta salud (a los 21 años le extirparon parte de un pulmón).
Fazio confirma que su frase favorita es “reza por mí”, como se lo pidió al presidente Maduro, de Venezuela. Le dijo: “Reza por mí... pero a mi favor, ¿eh?”

También revela que el entonces cardenal Bergoglio solía escribir cartas con un tarjetón con la imagen de la virgen desatanudos, la misma que cuenta con la devoción multitudinaria de un barrio porteño. Y asegura que Francisco es aficionado a San José y Santa Teresita de Niño Jesús, de quien tenía una imagen en su dormitorio de la curia argentina con un jarrón siempre lleno de rosas blancas.
Fazio, su visita a Santa CruzFazio saluda a los feligreses que se han concentrado en esta conferencia en el coliseo del colegio Saint George, donde hablará sobre Francisco. Se dirige a ellos como si los conociera de siempre, se nota que ya es la quinta vez que viene a Bolivia.
Su cargo como vicario lo mantiene al tanto de lo que sucede en los tres países. Lo buscamos para conocer a través de su amistad, al hombre que con sus discursos llama a la reflexión y aborda temas que en su momento no fueron tocados por la Santa Sede.
Una mesa, dos sillas plásticas y agua en un vaso desechable en medio del auditorio acompañan nuestra conversación, 30 minutos exactamente porque él debe dar una conferencia y no quiere hacer esperar a la congregación.
Bergoglio, mi amigoSe conocieron el 2000, cuando Fazio viajó de Roma a Buenos Aires para presentar una serie de cursos que daba la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, donde él era director.

“Después lo traté muchas veces en Roma, pero sobre todo el 2007, cuando estuvimos 21 días en el mismo hotel en Aparecida (Brasil), él fue el presidente del comité de redacción del documento, yo era uno de los peritos, por lo que tuvimos un trato muy intenso, terminamos tuteándonos. Al año siguiente, el 2008, dejé mi trabajo y regresé a Buenos Aires, con lo cual allí se intensificó más el trato”.
Pero ¿quién es Jorge Mario Bergoglio y hay alguna diferencia con el papa Francisco?

“Es un hombre de una profunda vida interior, un hombre enamorado de Jesús, que quiere que llegue hasta el último rincón del mundo y eso lo hace con una sencillez y una gran capacidad de comunicación”.

Claro que existe una diferencia entre el Bergoglio que conoció y  el papa Francisco. Como cardenal de Argentina, en sus apariciones públicas era un hombre muy serio e, incluso, abrumado por los problemas sociales.
Para Fazio, la ayuda del Espíritu Santo ha hecho que esto cambie y Bergoglio no deje de sonreír desde el 13 de marzo cuando salió elegido después del cónclave. “Sigue siendo el mismo, pero con más gracia de Dios”, enfatiza.
El hombre y sus hábitos
Bergoglio, antes de ser elegido papa, tenía un horario muy bien definido.
A las 4:30 ya estaba en pie y dedicaba unas tres horas a la oración, luego celebraba la misa, continuaba con las liturgias de las horas, que son las que deben realizar todos los sacerdotes.

Mantenía muchas entrevistas, como hoy, pero prefiere el trato persona a persona. Visitaba siempre las llamadas Villas Miserias en Buenos Aires. En una de sus últimas cartas a Fazio mandó saludos para las alumnas de un colegio de un barrio muy pobre que personas del Opus Dei están impulsando.

“Es un hombre muy disponible, pero escapaba de las grandes reuniones donde podía tener apariencia social”.
Su despacho en la curia porteña estaba siempre ordenado y limpio, no había nada que llamara la atención. Él mismo llevaba su agenda. “Siempre que me recibió me acompañó hasta el ascensor, como señal de educación y servicio”.

Cuando se estaba preparando en su formación jesuita, Bergoglio fue profesor de Literatura. Cierta vez le comentó a Fazio que el verano lo pasaba en Buenos Aires en la curia, rezando, releyendo los clásicos. Su amigo ha visto citas de él de La Eneida, de Virgilio; Los novios, de Manzoni, que quizás es su libro favorito, pues su abuela (italiana) se lo transmitió con más interés, pero también era seguidor de Fiódor Dostoyevski.

“Diría que Juan Pablo II fue un gran filósofo, Benedicto XVI un gran teólogo y Francisco es un gran pastor, pero con una formación muy sólida tanto en filosofía y teología, como en la literatura humana”.

En cuanto a su alimentación, es bastante austero, jamás ha manifestado qué le gusta o no. En Buenos Aires utilizaba el transporte público y tiene muy poca ropa. En muchas ocasiones se lo ha visto tomando yerba mate, una de sus bebidas favoritas porque considera que es más digestiva que el té y el café.
En cuanto a gustos musicales, el papa Francisco escucha tango y los grandes clásicos.

¿Cómo se comunica el papa?
Si bien es de conocimiento público que el papa no ve televisión, Fazio contó que en Argentina se informaba a través del diario La Nación.
“Su decisión de no ver televisión se debe a que una vez apareció un programa inmoral y él no quería ofender a Dios, por lo tanto decidió prescindir de la ‘tele’. Cumplió su propósito, salvo cuando le decían que había que ver algunas noticias de trascendencia mundial”.
En Buenos Aires no manejaba la última tecnología, utilizaba el teléfono fijo, tenía una línea de teléfonos siempre abierta para los sacerdotes de la diócesis, pero no usaba ni celular, ni mails, nada. “Ahora ha dado el gran salto, es un hombre que está comunicado tecnológicamente con todo el mundo, me imagino que le ayudan, él dirá lo que quiere en su Twitter, pero para manejarse tendrá sus ayudantes”.

Una amistad para siempre
Por lo que se oye de Mariano Fazio, se podría creer que su amistad con el primer papa latinoamericano será eterna.
“Es un hombre que después de verlo te deja algo. En mis encuentros con él me sentía enriquecido. Sus comentarios son muy agudos y, a veces, irónicos, pero una ironía que tiende a construir puentes”, finaliza este hombre de Dios que sigue los pasos de su querido amigo que hoy está bajo la mirada del mundo creyente y no creyente

UN PAPA QUE SALE DE TODO PROTOCOLO

“Siéntese” le pidió su guardia de seguridad
Una madrugada lo vio cuidando su habitación. El papa le trajo una silla y un sándwich para que descanse.

Lavó los pies de los reclusos
Fue el primer papa que celebra la misa de la última cena en un centro penitenciario y no en la Basílica de San Juan de Letrán.

Sabe lucir los regalos
Al usar el mes pasado un casco de bombero. Así se paseó por la plaza San Pedro. Se lo había regalado un fiel antes de la audiencia general de los miércoles.



FUENTE WWW.CLARIN.COM

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