LIMA, 30 Nov. 12 / 01:02 pm (ACI).- De visita en el Perú, el Arzobispo de Filadelfia (Estados Unidos), Mons. Charles Chaput, recordó que la Nueva Evangelización exige la presencia y una vida cristiana intensa de los laicos.
Así lo indicó el Prelado durante su conferencia titulada "Las nuevas comunidades y la nueva evangelización" pronunciada ante los participantes de la 4º Asamblea General del Sodalicio de Vida Cristiana que se realiza en estos días en la capital peruana.
Mons. Chaput afirmó que "la nueva evangelización requiere de laicos presentes en el mundo evangelizando las diversas realidades" y resaltó que "los Hechos de los Apóstoles nos recuerdan que la Iglesia tuvo en los laicos una fuerza de evangelización muy importante".
Recordando que diversas instituciones en la historia de la Iglesia comenzaron siendo principalmente laicas y con el tiempo se convirtieron en clericales, exhortó a los sodálites a "conservar siempre el espíritu de una comunidad de laicos y sacerdotes que viven y evangelizan juntos".
"Hoy quienes evangelizan con mucha fuerza son los nuevos movimientos que forman comunidades de fe, en las que se vive la vida cristiana con intensidad, alentada por el testimonio de sus miembros", continuó.
Ante los diversos desafíos que presenta la cultura actual como la "adoración del consumo", el Arzobispo dijo que es necesario que los católicos "recuperen su vocación como Iglesia. Necesitan ser despertados, necesitan una razón para ser celosos respecto a su fe nuevamente".
Los católicos, dijo, "necesitan escuchar el testimonio de personas como ustedes que viven la fe católica con confianza y alegría. Necesitan ver a su Iglesia creciendo y fructífera, y joven nuevamente, en vez de en constante retirada y declinando".
El Prelado resaltó que "este es el valor de las nuevas comunidades eclesiales y movimientos. Están vivas en Jesucristo y su nueva vida y energía se derrama en toda la Iglesia".
"La esencia de las nuevas comunidades es un nuevo espíritu de igualdad cristiana enraizado en el mandato del bautismo, honrando cada vocación en la Iglesia por su tarea única e importancia, pero reconociendo que el llamado a la santidad es universal, y que la misión de ‘hacer discípulos de todas las naciones’ pertenece a todos en igual medida: ordenados, consagrados y laicos".
El Arzobispo pidió luego a los sodálites que "recen: juntos y solos. Eso parece muy obvio para ser mencionado, pero una de las peores tentaciones en el ministerio activo es sustituir nuestro esfuerzo por una amistad real con Jesucristo. Si no pasamos tiempo con Él, no podemos amarlo".
"La santidad –explicó Mons. Chaput– consiste en tratar una y otra vez, y otra vez, para vivir la vida como un santo y ayudar a otros a hacer lo mismo. Confíen en el camino de santidad en el que está su comunidad y sepan que tienen ustedes muchos amigos y hermanos como yo que rezan por ustedes todos los días".
El Prelado dijo además que "los problemas que enfrenta la Iglesia son reales. Con facilidad nos pueden hacer olvidar que Dios nos hizo para la alegría y no para la tristeza, para la felicidad y no para el miedo".
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