AFP PHOTO / ATTILA KISBENEDEK
Duane Da Rocha nació en Brasil, pero vivió en Mijas (Málaga) hasta los 16 años. Sus primeras medallas llegaron en los Juegos Mediterráneos de 2009. Este año participó en la Carrera Solidaria de Entreculturas en Málaga para crear colegios en el Congo.
Se dice que estamos en una sociedad individualista, en que cada uno vamos a lo nuestro. Como deportista de élite, ¿cuál es tu experiencia en el mundo de la natación?
Hace unos días leí que España, aun atravesando una época bastante difícil, sigue siendo muy solidaria y la gente sigue queriendo ayudar a los demás. Es algo que me enorgullece y de lo que me gusta formar parte.
Es verdad que uno tiene que pensar en uno mismo y en su futuro, pero pienso que, ayudando a los demás, uno también se está ayudando.
La natación es un deporte de alta exigencia personal, ¿te ves arropada o te has sentido sola?
La verdad es que los años en los que mejor me ha ido y en los que más éxito he tenido son los años en los que he estado en equipo. Al final son tu familia porque con ellos pasas la mayor parte del tiempo.
Es cierto que la natación es un deporte muy individual, pero el apoyo de los compañeros y el tener al lado gente que se está esforzando como tú, te empuja a seguir luchando y a superar tus límites.
A veces piensas que no eres capaz de llegar a una meta, pero te empujan y te ayudan a hacer cosas que ni siquiera habías pensado conseguir.
Con el deporte se transmite a los chavales muchos valores.
Yo creo que el más importante es el compañerismo. Ya sean deportes individuales o no, el compañerismo te ayuda a crecer como persona y a saber relacionarte con los demás. Al fin y al cabo, vivimos en una sociedad en la que tenemos que relacionarnos con la gente, saber tratarnos mutuamente, apoyarnos… Y yo creo que el deporte transmite todo eso.
La familia, ¿qué lugar ocupa en tu vida?
La familia es lo más importante. A veces sientes que son los únicos que te apoyan y la fuerza que te da la familia es muy difícil encontrarla fuera. Es amor incondicional.
En el deporte, como en muchas otras facetas de la vida, cuando estás arriba y tienes éxito, te sobran los amigos y todo el mundo se quiere pegar a ti; pero cuando la gente ve que estás de bajón se aparta y la familia nunca hace eso, es amor incondicional y cuanto peor te ves, más están contigo.
Y Dios, ¿dónde queda en tu vida?
Sinceramente, no soy una creyente muy fervorosa, pero pienso que tener fe es muy importante, te ayuda a superarte y a superar las situaciones difíciles de tu vida.
¿Cuál es tu relación con Málaga?
Nací en Brasil, pero siendo muy pequeña nos trasladamos a Mijas, donde viví y estudié hasta los 16 años, en un colegio inglés. Después me marché a Madrid y a Barcelona.
Este año me he matriculado en la Universidad Católica de Murcia, donde espero poder terminar mis estudios de Psicología. A Málaga vengo siempre que puedo.
Por Encarni Llamas Fortes. Diócesis de Málaga
Se dice que estamos en una sociedad individualista, en que cada uno vamos a lo nuestro. Como deportista de élite, ¿cuál es tu experiencia en el mundo de la natación?
Hace unos días leí que España, aun atravesando una época bastante difícil, sigue siendo muy solidaria y la gente sigue queriendo ayudar a los demás. Es algo que me enorgullece y de lo que me gusta formar parte.
Es verdad que uno tiene que pensar en uno mismo y en su futuro, pero pienso que, ayudando a los demás, uno también se está ayudando.
La natación es un deporte de alta exigencia personal, ¿te ves arropada o te has sentido sola?
La verdad es que los años en los que mejor me ha ido y en los que más éxito he tenido son los años en los que he estado en equipo. Al final son tu familia porque con ellos pasas la mayor parte del tiempo.
Es cierto que la natación es un deporte muy individual, pero el apoyo de los compañeros y el tener al lado gente que se está esforzando como tú, te empuja a seguir luchando y a superar tus límites.
A veces piensas que no eres capaz de llegar a una meta, pero te empujan y te ayudan a hacer cosas que ni siquiera habías pensado conseguir.
Con el deporte se transmite a los chavales muchos valores.
Yo creo que el más importante es el compañerismo. Ya sean deportes individuales o no, el compañerismo te ayuda a crecer como persona y a saber relacionarte con los demás. Al fin y al cabo, vivimos en una sociedad en la que tenemos que relacionarnos con la gente, saber tratarnos mutuamente, apoyarnos… Y yo creo que el deporte transmite todo eso.
La familia, ¿qué lugar ocupa en tu vida?
La familia es lo más importante. A veces sientes que son los únicos que te apoyan y la fuerza que te da la familia es muy difícil encontrarla fuera. Es amor incondicional.
En el deporte, como en muchas otras facetas de la vida, cuando estás arriba y tienes éxito, te sobran los amigos y todo el mundo se quiere pegar a ti; pero cuando la gente ve que estás de bajón se aparta y la familia nunca hace eso, es amor incondicional y cuanto peor te ves, más están contigo.
Y Dios, ¿dónde queda en tu vida?
Sinceramente, no soy una creyente muy fervorosa, pero pienso que tener fe es muy importante, te ayuda a superarte y a superar las situaciones difíciles de tu vida.
¿Cuál es tu relación con Málaga?
Nací en Brasil, pero siendo muy pequeña nos trasladamos a Mijas, donde viví y estudié hasta los 16 años, en un colegio inglés. Después me marché a Madrid y a Barcelona.
Este año me he matriculado en la Universidad Católica de Murcia, donde espero poder terminar mis estudios de Psicología. A Málaga vengo siempre que puedo.
Por Encarni Llamas Fortes. Diócesis de Málaga
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