Jerusalén custodia los Lugares Santos apreciados por las tres religiones que adoran al Dios que llamó a Abrahán – y los Lugares Santos no son museos o monumentos para turistas, sino lugares donde los creyentes viven su fe, su cultura, sus obras de caridad, recordó el Obispo de Roma y deseó que resplandezca plenamente la identidad y carácter sagrado, de Jerusalén su valor universal religioso y cultural.
Dirigiéndose con aprecio al Presidente israelí, «conocido como un hombre de paz y artífice de paz», el Papa hizo hincapié en el «respeto a la libertad y a la dignidad de la persona humana, que judíos, cristianos y musulmanes consideran igualmente creada por Dios y destinada a la vida eterna». Y pidió una vez más «que se eviten, por parte de todos, las iniciativas y los actos que contradicen la declarada voluntad de alcanzar un verdadero acuerdo y de que no nos cansemos de perseguir la paz con determinación y coherencia».
Se debe rechazar firmemente asimismo, «cualquier tipo de discriminación por motivos raciales o religiosos, la pretensión de imponer el propio punto de vista en perjuicio de los derechos del otro, el antisemitismo en todas sus formas posibles, así como la violencia o las manifestaciones de intolerancia contra personas o lugares de culto judíos, cristianos y musulmanes».
Sin olvidar que en el Estado de Israel viven y actúan diversas comunidades cristianas, el Papa destacó que participando con pleno derecho como corresponde en la vida civil, política y cultural, los fieles cristianos desean ofrecer, desde su propia identidad, su aportación al bien común y a la construcción de la paz, rechazando todo extremismo y siendo artífices de reconciliación y de concordia.
A la entrada del Palacio Presidencial de Israel el presidente Peres, ha presentado al Papa algunos niños enfermos de cancer que querían encontrarse con el Santo Padre.
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