martes, 15 de mayo de 2012

Promover la confesión sacramental, deber urgente de la Iglesia”

Ciudad del Vaticano, 15 May. 12 (AICA)


“Promover la confesión sacramental es un deber urgente para la Iglesia del siglo XXI”, explicó el Prefecto del Archivo Secreto Vaticano, monseñor Sergio Pagano, en una entrevista concedida a la agencia Zenit. En ocasión del lanzamiento de dos libros sobre la historia de la Penitenciaría Apostólica y el Archivo Secreto Vaticano se profundizó en la historia e importancia del Sacramento de la Penitencia, en servicio del cual se crearon estas dos instituciones pontificias.

“Siendo nosotros sacerdotes u obispos, -expresó monseñor Pagano-, tenemos este grave problema al ver que muchos fieles se acercan a la comunión sin la confesión”, afirmó el prelado. “Ahora, este sentido del pecado y de las faltas ha disminuido y esto es un grave problema pastoral”.

El prefecto del Archivo Secreto Vaticano manifestó su preocupación por las comuniones sacrílegas cometidas por fieles que no se acercan al sacramento de la Penitencia.

Sobre el preocupante abandono de la Confesión por parte de los fieles, que atrajo la atención durante su ponencia, el prefecto del Archivo Secreto Vaticano llamó a un mejor conocimiento y práctica de los aspectos básicos de la fe católica: “Quizás es necesario retomar desde la catequesis de base: desde el Credo a los sacramentos de la Iglesia, por qué fueron instituidos, qué comportan, cuál es la ventaja de recibirlos”.

Monseñor Pagano también alertó sobre la preparación de los sacerdotes para celebrar el sacramento de la Penitencia: “faltan confesores, unos son muy severos, otros muy amplios, otros quieren realizar una tarea de inquisidores, psicólogos, o de directores, que no es la tarea del confesor”.
La Confesión sacramental, tal como se practica hoy, fue el fruto de la experiencia de la Iglesia a lo largo de los siglos, y es una gracia mucho más fácil de obtener en la actualidad, según expuso el prelado. “La Iglesia antigua invitaba -como Jesús- a la conversión única y decisiva y le daba a quien se arrepentía el perdón de los pecados en un acto único e irrepetible: el bautismo”.

Pero esta única oportunidad demostró no ser expresión suficiente de la misericordia divina: “Jesús, de hecho, había enseñado a sus discípulos que habían recibido el perdón de Dios, que era no para sí mismos o para negarlo a los otros, sino para perdonar como Dios perdona, sin límites ni condiciones, a no ser el arrepentimiento y la conversión”, comentó el prelado.
La forma de administrar el perdón de Dios fue objeto de mucho estudio y discusión al interior de la Iglesia: “Fue un caso largo, discutido y encendido”, explicó. “También sobre quién tenía el poder penitencial. Y cómo, por ejemplo, la praxis penitencial del siglo II, en una pequeña Iglesia al margen de la vida pública era inadecuada para el siglo IV”.
Monseñor Pagano describió formas tempranas del sacramento, realizadas de forma pública y con penas severas, que incluso eran desaconsejadas a los jóvenes por su dureza. Estas formas, explicó, se practicaron “hasta el nacimiento de la penitencia privada que se originó en el VII siglo y rápidamente fue aceptada y se radicó”.

El acto fue presidido por el cardenal Manuel Monteiro de Castro, Penitenciario Mayor, y contó con la participación de monseñor Gianfranco Girotti, regente de la Penitenciería Apostólica, monseñor Pagano, prefecto del Archivo Secreto Vaticano, y el director de la Librería Editrice Vaticana, padre Giuseppe Costa, entre otras personalidades expertas en el tema.

Los textos presentados, “La Penitenciería Apostólica y su Archivo”, de Alessandro Saraco y “La Penitencia entre el I y el II milenio. Para comprender los orígenes de la Penitenciería Apostólica” de Manlio Sodi y Renata Salvarani, permiten conocer más profundamente la historia del Sacramento de la Penitencia.
“La lectura de estos ensayos corrige por un cierto lado algunas visiones poco precisas que se tenían sobre la penitencia”, comentó monseñor Pagano. “Dan una visión diversa, que es la óptica de la penitenciaría, que mira al sacramento y a su teología, a su praxis, y no tanto al aspecto cultural, eclesial o pastoral”. +



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