viernes, 4 de mayo de 2012

LA MISIÓN DE LOS LAICOS EN LA IGLESIA

Nueve de Julio (Buenos Aires), 4 May. 12 (AICA)

El obispo de Nueve de Julio, monseñor Martín de Elizalde OSB, destacó que en parroquias y comunidades, en las capillas y centros misionales, en los colegios y en innumerables actividades caritativas y asistenciales, que forman parte de la acción de la Iglesia, se cuenta con la presencia y la generosidad e inteligencia de muchísimos laicos comprometidos, pero advirtió que “igualmente se escucha con frecuencia que siguen faltando colaboradores”.


“Los pastores comprobamos, que frente a las grandes necesidades, se precisarían muchos más hermanos y hermanas que se acerquen y contribuyan con su trabajo. Esto no puede sorprendernos, pues la misma situación es común a muchas instituciones y organizaciones en la sociedad de hoy”, indicó en una reflexión.
Al hacer una autocrítica en cuanto a la forma como la Iglesia propone la misión propia de los laicos, dijo que “nos preocupamos por preparar catequistas, docentes católicos, agentes de pastoral, etcétera, y ello es muy importante, y contamos gracias a Dios con una buena respuesta de las personas a las que convocamos, pero ¿les decimos siempre y en forma clara que se trata de desarrollar su vocación bautismal, de ejercer para bien de sus hermanos el sacerdocio común?”

El prelado recordó que “no basta con pronunciarlo de palabra, solamente, como quien pone título a un capítulo de la acción de la Iglesia. Hay que trasmitir la vida divina, formar en la espiritualidad, acompañar en el discernimiento, hacer que sean descubiertas y también amadas las propias responsabilidades, de cada uno en su función y lugar. En una palabra, diría, hay que despertar con la experiencia cristiana el deseo de comprometerse en la caridad, la oración y el encuentro con Dios”.

Monseñor Elizalde precisó que el laicado tiene sus propias competencias, sobre todo en lo que hacen “a la instauración de un mundo mejor, a la vez más humano y feliz y, por eso mismo, más conforme al plan de Dios. Es la tarea de los hombres y mujeres que, desde el lugar en que los pone su vocación, a partir de las acciones más sencillas, comenzando por el mejoramiento de los propios sentimientos, por el cuidado de quienes les son más cercanos en su familia y en su comunidad, en la reflexión y la acción mancomunada, con la luz de la fe revelada, pueden discernir los mejores caminos para la sociedad, para el mundo entero”.

“Nosotros mismos, los argentinos, padecemos duramente la falta de dirigentes que atiendan al bien común, considerado integralmente, y que no silencie ni excluya el progreso espiritual, la defensa de la verdad, el destino trascendente del hombre. Esto se plantea crudamente, dolorosamente, en las actuales circunstancias, en que se encuentra seriamente amenazada la vida de los inocentes, por el aborto y por políticas reproductivas egoístas, frente al silencio de muchos, que incluso se dicen católicos”, aseguró.
“¡Qué bueno sería poder contar con un laicado de conciencia despierta, ilustrada, decidida, para ayudar a los fieles a conocer sus responsabilidades y ejercerlas, demostrar así que el bienestar verdadero, la justicia y el progreso auténtico, se encuentra ya desde la Creación en el designio divino y es confirmado por el Evangelio de Jesucristo!”, concluyó.+

Texto completo del mensaje:
 http://www.aica.org/docs_blanco.php?id=2002



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