Rezad por el Papa. No ha querido nada para sí mismo, únicamente desea nuestra ayuda, nuestro afecto, y esto nos debe llevar a rezar cada día por él”. Con estas palabras, Mons. Javier Echevarría inició el encuentro celebrado con más de 3.000 personas en el Gran Teatro de Roma el pasado día 26.
A la pregunta de un estudiante de Filosofía, que quería saber cómo responder a la llamada a la evangelización de Papa Francisco, ha dicho: “El Papa nos ha invitado a llegar a las periferias del mundo. Es muy importante que vayamos a ayudar a los más necesitados, que visitemos a los enfermos, que lleguemos también a las periferias que están cerca de nosotros”.
La última preguna ha servido para recordar a don Álvaro del Portillo, quien será beatificado próximamente: “Se hacía querer por su disponibilidad y amabiliad. Una vez, cuando era universitario, le atacaron cuando regresaba de dar una clase de catequesis en un barrio periférico de Madrid. Le hirieron en la cabeza con una llave inglesa. Esa herida, durante muchos años, le causaba periódicos dolores de cabeza muy fuertes, pero él sabía transformar ese dolor en un sacrificio a Dios, y así las ofrecía por sus intenciones”.Al final de la tertulia, Mons. Echevarría saludó a algunos matrimonios con sus hijos, muchos de los cuales le manifestaron que participarían también en la Jornada de las Familias convocada por el Santo Padre esa misma tarde en la Plaza de San Pedro.
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