lunes, 14 de enero de 2013

TRATAR A DIOS A DIARIO

Dios me acompaña todos los días. Está conmigo en la universidad, cuando estoy con mi familia, o con mis amigos, y cuando salgo con mi novio.


Dios para mí no es un ser lejano. A Él le pido ayuda, le busco para conversar con Él en momentos concretos a lo largo del día. Nos juntamos unos minutos y así le cuento tanto lo que me preocupa o lo que me ilusiona, o le hablo de las personas que amo y que quizá sé que están pasando un momento difícil; o le hablo de mis amigos y le pido que les ayude.

Y le pido que, mientras yo estudio, Él se ocupe de las personas de mi familia, o de los amigos con los que estoy. También intento descubrir a Dios en las personas que trato. Sé que Él está detrás de la sonrisa y de los ojos de cada uno que encuentro en mi jornada.

La fe es, por tanto, meter a Dios en mi vida. Que me acompañe en mi día a día, y no dejarlo fuera de mi vida normal. De esa manera, la fe es para mí algo hermoso, que me hace muy feliz.

"Jesús es tu amigo. —El Amigo. —Con corazón de carne, como el tuyo. —Con ojos, de mirar amabilísimo, que lloraron por Lázaro... Y tanto como a Lázaro, te quiere a ti". San Josemaría, Camino, n. 422   Alessandra estudia Economía en la Universidad de la Sapienza (Roma). En este Año de la Fe, explica cómo se organiza para recordar que Dios la acompaña en todo momento. http://www.opusdei.es/art.php?p=50427

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