Padre, soy estudiante de Derecho y me gustaría hacerle una pregunta: en este país, donde hay un gran sincretismo religioso, hay personas que se hacen su propia religión sacando de otras religiones las partes que les conviene. ¿Cómo convencerles de que están errados?
Eres estudiante de Derecho; pues, caro colega: tenías todo mi cariño, tienes además mi simpatía, la más afectuosa simpatía. La religión es atar, atar el hombre con Dios, el trato del hombre con Dios. Y, ¿cómo es la religión?
La religión está formada por una serie de preceptos, de cosas de fe dogmáticas, de otras de conducta que son morales, y que están reveladas por Dios al hombre, primero a través de los profetas, después a través de Cristo Señor Nuestro, que a eso vino a la tierra.
Y la Iglesia, nuestra Madre, tiene esa revelación en depósito; y es inalterable: de tal manera que ahora es como hace veinte siglos, y dentro de veinte siglos será como fue hace veinte siglos y como es ahora. Tus amigos no pueden escoger la religión que les dé la gana, porque el que escoge es Dios.
Y Dios nos ha señalado, porque tiene derecho, cuál es el camino que nos lleva hasta Él.
Y es nuestra Madre la Iglesia Católica la que tiene en depósito..., fíjate, digo en depósito... Si tú me das a mí..., no me los des, que yo no sabría qué hacer, nunca tengo un céntimo, de modo que no me des nada.
Si tú me das a mí unos millones en depósito, y viene una persona y me pide una moneda, pequeña, yo le tendré que decir: lo siento mucho, no te lo puedo dar porque no es mío; este depósito que no es mío lo conservo para devolverlo a su dueño. Pues así la Iglesia. ¡No toca nada!, ¡ninguna cosa esencial!, ¡en absoluto!, ¡los sacramentos son los mismos!, ¡los mandamientos son los mismos!, ¡el sacrificio del altar es el mismo!
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