La comunidad pesquera de Mar del Plata se congregó el domingo 1º de febrero en la parroquia Sagrada Familia, de la zona portuaria, para celebrar la fiesta de San Salvador y dar cierre a las actividades de la Fiesta Nacional de los Pescadores.
Por la tarde, los fieles se dirigieron hasta la Banquina de los Pescadores, donde se realizó la tradicional procesión náutica con la imagen de Jesús, el Salvador.
El obispo de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino, acompañó la piedad de los pescadores y de los trabajadores portuarios. Al concluir el itinerario marítimo con la imagen del Cristo que abraza una gran cruz, el obispo dirigió un mensaje a los pescadores.
Consciente de la situación que afronta el sector, monseñor Marino alentó a los trabajadores de la pesca a no bajar los brazos y aseguró sus oraciones por ellos y por sus fuentes de trabajo. “El Señor, que tantas veces estuvo en una barca con sus discípulos pescadores, puede entenderlos mejor que nadie”, les dijo.
“Son conocidas las serias dificultades por las que atraviesa la industria pesquera y esto nos debe llevar a una conclusión fundamental. Es preciso que sean escuchadas todas las voces de los actores que están involucrados en el mundo portuario y de la pesca. Cuando los problemas son serios y crónicos, cuando queda implicada la subsistencia y la calidad de vida de tantas familias, si hay buena voluntad de las partes, siempre podrán aparecer soluciones no pensadas que permitirán superar los conflictos”, manifestó el prelado. “El bien común de todos sale ganando, Mar del Plata se ennoblece con la fuente de trabajo y el país entero se beneficia”, agregó.
Durante la celebración, monseñor Marino bendijo un mural de Don Orione, en reconocimiento de la tarea que realiza la Pequeña Obra de la Divina Providencia desde 1924, a través del colegio y de la iglesia Sagrada Familia. El prelado también bendijo las aguas y a los trabajadores pesqueros.+
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