(RV).- (Se actualizó con audio y vídeo) El Papa Francisco presidió esta mañana a las 9.00 un Consistorio Ordinario Público para la presentación de dos causas de canonización: Se trata de José Vaz y de María Cristina de la Inmaculada Concepción.
Sin embargo el Santo Padre aprovechó esta ocasión para informar al Colegio Cardenalicio sobre la actual situación de los cristianos en Oriente Medio y sobre el empeño de la Iglesia por la paz en esa región.
Esta reunión puede considerarse una continuación de la mantenida a principios de octubre para tratar el tema de Oriente Medio, que se celebró entre los mayores representantes de la Curia romana y los Nuncios Apostólicos en el área, y que ha permitido a la Santa Sede analizar la situación de la minoría cristiana para volver a reafirmar la necesidad de evitar una solución militar unilateral.
El Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado de Su Santidad, hizo una introducción para dar paso a un intercambio de opiniones entre los purpurados y los patriarcas orientales.
El anuncio de este Consistorio lo había dado durante los trabajos del Sínodo de los Obispos sobre la familia el Cardenal Angelo Sodano, Decano del Colegio Cardenalicio, por mandato del mismo Pontífice.
Al respecto cabe destacar que el Cardenal Bechara Boutros Rai, Patriarca maronita de Antioquía, manifestó su gratitud al Papa Francisco por esta segunda iniciativa, después del encuentro con los Nuncios para conocer la realidad de Oriente Medio y ahora por este Consistorio.
Quiere decir – explicó ante los micrófonos de nuestra emisora, Radio Vaticano – que el Santo Padre siente una gran preocupación, tanto por Oriente Medio como tal, cuanto por la presencia cristiana, que vive momentos cruciales. El interés del Papa Francisco, según el Purpurado, es de gran consuelo moral para los cristianos y para los países de esa región, porque todos tienen necesidad de un apoyo moral y también de un verdadero apoyo diplomático, dado el papel y la importante influencia de la Santa Sede en el ámbito internacional.
Al saludar a los Cardenales, Patriarcas y demás hermanos en el Episcopado, al día siguiente de la clausura de la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos sobre la familia, el Papa Francisco afirmó que ha dedicar este Consistorio, además de a algunas casusas de canonización, a otra cuestión que le interesa mucho, a saber: Oriente Medio y, de modo especial, a la situación de los cristianos en la región, por lo que tras agradecerles su presencia, les dijo:
Nos une el deseo de paz y de estabilidad en Oriente Medio y la voluntad de favorecer la resolución de los conflictos a través del diálogo, la reconciliación y el empeño político.
Al mismo tiempo, deseamos brindar la mayor ayuda posible a las comunidades cristianas para sostener su permanencia en la región.
Como he tenido la ocasión de reafirmar varias veces, no podemos resignarnos a pensar en Oriente Medio sin los cristianos, que desde hace dos mil años confiesan el nombre de Jesús.
Los últimos acontecimientos, sobre todo en Iraq y en Siria, son muy preocupantes. Asistimos a un fenómeno de terrorismo de dimensiones antes inimaginables. Tantos hermanos nuestros son perseguidos y han tenido que dejar sus casas, incluso de manera brutal. Parece que se ha perdido la conciencia del valor de la vida humana, parece que la persona no cuente y se la pueda sacrificar por otros intereses Y todo esto, lamentablemente, ante la indiferencia de tantos.
Esta situación injusta requiere, además de nuestra constante oración, una respuesta adecuada también de parte de la Comunidad Internacional. Estoy seguro de que, con la ayuda del Señor, del encuentro de hoy brotarán reflexiones y sugerencias válidas para poder ayudar a nuestros hermanos que sufren y también para salir al encuentro del drama de la reducción de la presencia cristiana en la tierra donde ha nacido y desde la cual se ha difundido el cristianismo.
Sin embargo el Santo Padre aprovechó esta ocasión para informar al Colegio Cardenalicio sobre la actual situación de los cristianos en Oriente Medio y sobre el empeño de la Iglesia por la paz en esa región.
Esta reunión puede considerarse una continuación de la mantenida a principios de octubre para tratar el tema de Oriente Medio, que se celebró entre los mayores representantes de la Curia romana y los Nuncios Apostólicos en el área, y que ha permitido a la Santa Sede analizar la situación de la minoría cristiana para volver a reafirmar la necesidad de evitar una solución militar unilateral.
El Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado de Su Santidad, hizo una introducción para dar paso a un intercambio de opiniones entre los purpurados y los patriarcas orientales.
El anuncio de este Consistorio lo había dado durante los trabajos del Sínodo de los Obispos sobre la familia el Cardenal Angelo Sodano, Decano del Colegio Cardenalicio, por mandato del mismo Pontífice.
Al respecto cabe destacar que el Cardenal Bechara Boutros Rai, Patriarca maronita de Antioquía, manifestó su gratitud al Papa Francisco por esta segunda iniciativa, después del encuentro con los Nuncios para conocer la realidad de Oriente Medio y ahora por este Consistorio.
Quiere decir – explicó ante los micrófonos de nuestra emisora, Radio Vaticano – que el Santo Padre siente una gran preocupación, tanto por Oriente Medio como tal, cuanto por la presencia cristiana, que vive momentos cruciales. El interés del Papa Francisco, según el Purpurado, es de gran consuelo moral para los cristianos y para los países de esa región, porque todos tienen necesidad de un apoyo moral y también de un verdadero apoyo diplomático, dado el papel y la importante influencia de la Santa Sede en el ámbito internacional.
Al saludar a los Cardenales, Patriarcas y demás hermanos en el Episcopado, al día siguiente de la clausura de la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos sobre la familia, el Papa Francisco afirmó que ha dedicar este Consistorio, además de a algunas casusas de canonización, a otra cuestión que le interesa mucho, a saber: Oriente Medio y, de modo especial, a la situación de los cristianos en la región, por lo que tras agradecerles su presencia, les dijo:
Nos une el deseo de paz y de estabilidad en Oriente Medio y la voluntad de favorecer la resolución de los conflictos a través del diálogo, la reconciliación y el empeño político.
Al mismo tiempo, deseamos brindar la mayor ayuda posible a las comunidades cristianas para sostener su permanencia en la región.
Como he tenido la ocasión de reafirmar varias veces, no podemos resignarnos a pensar en Oriente Medio sin los cristianos, que desde hace dos mil años confiesan el nombre de Jesús.
Los últimos acontecimientos, sobre todo en Iraq y en Siria, son muy preocupantes. Asistimos a un fenómeno de terrorismo de dimensiones antes inimaginables. Tantos hermanos nuestros son perseguidos y han tenido que dejar sus casas, incluso de manera brutal. Parece que se ha perdido la conciencia del valor de la vida humana, parece que la persona no cuente y se la pueda sacrificar por otros intereses Y todo esto, lamentablemente, ante la indiferencia de tantos.
Esta situación injusta requiere, además de nuestra constante oración, una respuesta adecuada también de parte de la Comunidad Internacional. Estoy seguro de que, con la ayuda del Señor, del encuentro de hoy brotarán reflexiones y sugerencias válidas para poder ayudar a nuestros hermanos que sufren y también para salir al encuentro del drama de la reducción de la presencia cristiana en la tierra donde ha nacido y desde la cual se ha difundido el cristianismo.
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