sábado, 11 de octubre de 2014

La formación espiritual, básica para los profesionales de cuidados paliativos


La Unidad de Cuidados Paliativos San Camilo (UCP) de los Religiosos Camilos consta de 33 habitaciones individuales, se encuentra en Tres Cantos (Madrid) y está concertada con el SERMAS (Servicio Madrileño de Salud). El objetivo de la UCP San Camilo es ofrecer la mayor calidad de vida posible a personas con enfermedades avanzadas e irreversibles así como a sus familias.
Entre sus características podemos destacar:
* Su abundante luminosidad natural conseguida mediante grandes ventanas, claraboyas y miradores o solárium, que casi rompen las líneas de definición de dentro/fuera.
* La amplitud de pasillos y zonas comunes que hace invisibles algunas columnas y aprovecha estéticamente otras, lo que permite tener sensación no solo de funcionalidad, sino de respiro y posibilidades variadas de encuentro y trabajo humanizado.
* La personalización de las diferentes áreas, con elementos relacionados con el tiempo, la pintura, la escultura, la literatura y la música. Este recurso (el arte), quiere evocar el arte del cuidar, el arte de las relaciones con las personas en situación de fragilidad, cuando más anhelamos la calidez y no la frialdad de espacios sin identidad, oscuros u homogéneos que respondan a criterios meramente utilitaristas.
* Personalización de cada habitación, hasta lograr que los baños sean todos diferentes y varios elementos de las habitaciones también, como los colores o los motivos evocados por las imágenes en vinilo, en bajorrelieves, cuadros... Con ello queremos conseguir que la habitación sea experimentada como personal, propia, no como lugar de expropiación de la vida y del dinamismo que cada uno pueda y quiera vivir en esta fase tan delicada de la vida.
* Cuenta asimismo no solo con la cama para el paciente, sino con sofá convertible en cama para el acompañante, televisión libre de pago, nevera, mesa de trabajo, dos estanterías con forma de paleta de pintar, de librería, o de media guitarra, reloj, crucifijo, conexión a hilo musical y los servicios propios de telefonía, interfonía y conexión a datos vía cable o inalámbrica.

*****************************************************************************************************************************

Los sanitarios reconocen que el acompañamiento de estos enfermos se debe hacer desde una posición "transconfesional y humanista"

11.10.2014 | 00:49

La dimensión espiritual en los cuidados paliativos, presente ya en otros países europeos y en Estados Unidos, abre una nueva necesidad de formación que los profesionales de este área sanitaria demandan para dar un mejor servicio a sus pacientes. Más allá de la propia vertiente religiosa, el oncólogo Enric Benito, coordinador del programa de cuidados paliativos de las Islas Baleares apuesta por ir más allá. "La gente asocia el acompañamiento espiritual con los sacerdotes, pero los sanitarios también lo pueden hacer desde una posición transconfesional, laica y humanista", enumeró.
"Las personas tenemos la necesidad de dar sentido a nuestra vida y dejar un legado. El acompañamiento en ese momento tiene que facilitar que el enfermo se encuentre con su profundidad y descubrir esa zona de paz y tranquilidad", explicó. Una nueva perspectiva del día a día de estos sanitarios que cuentan con una determinadas herramientas para trabajar en este entorno: "hospitalidad, presencia y compasión", apuntó Benito.
Sin embargo, la atención no debe descuidar la figura del cuidador, como advirtió el psicólogo José Fidel Delgado. "La calidad de la persona es tan importante como los recursos que tenga y si acumulas cansancio y no estás lúcido, hay que prestarse atención a uno mismo", aconsejó, definiendo que las cualidades del cuidador "tienen que ser humanas con mayúsculas: saber atender, empatizar y estar dispuesto a aportar algo, pero también a aprender". Desde su experiencia de casi cuarenta años, reconoció que "el contactar con otros también cuestiona a uno mismo. Ese es el aprendizaje más bonito que tenemos los que cuidamos a otros y a menudo son los enfermos los que nos enseñan a nosotros".
Estas fueron algunas de las principales conclusiones a las que se llegó en las terceras jornadas de Acompañamiento al final de la vida, organizadas por la Asociación para el Desarrollo de los Cuidados Paliativos en Zamora (Adecpal) en la Fundación Rei Afonso Henriques. Desde la organización, el geriatra Francisco Centeno reconoció que en Zamora los recursos "son escasos" en este campo. "El equipo se limita a un médico y una enfermera y aunque tienen conocimientos y experiencia, se necesitaría también un apoyo psicológico, porque los últimos días los pacientes tienen grandes desajustes psicoemocionales", explicó. Una necesidad que también reivindicó para todo Castilla y León Daniel Ramos, médico responsable del equipo de soporte de cuidados paliativos domiciliarios en Valladolid Oeste. "Se tendría que potenciar más la visita domiciliaria, los recursos de media y larga estancia, porque necesitamos un soporte psicoemocional a nuestro lado", solicitó.
Por último, otra de las necesidades que se acusan en la provincia es que este servicio solo atiende a pacientes de la capital y a aquellos que viven en poblaciones en un radio de treinta kilómetros. "El resto debería de beneficiarse también de este tipo de atención, pero hay una discriminación injusta para recibir un buen cuidado al final de sus días", lamentó Centeno.

No hay comentarios: