Los siete nuevos sacerdotes de Santiago de Chile se postran durante su ordenación, presidida por el Arzobispo Mons. Ricardo Ezzati. Foto: Conferencia Episcopal de Chile.
Según el nuevo presbítero, la historia de sus sacerdocio tiene inicios temprano. Muy joven, descubrió "el llamado de Dios desde los 15 años (...) y a través de su Palabra y en la intimidad de la oración, me permitió reconocerlo en mis hermanos y hermanas más necesitados de su misericordia". El P. Herrera es el menor de tres hermanos, y participó en la parroquia La transfiguración del Señor, en la Zona Cordillera. Tras obtener el título de Periodista trabajó varios años en el Canal 13 de Chile e ingresó finalmente al Seminario.
"El dedicarme como periodista a anunciar noticias me ayudó a darme cuenta de que en el Evangelio tenía la mejor noticia para el mundo, y que Dios me había preparado para eso", expresó el sacerdote. En las palabras de agradecimiento en la Eucaristía de su ordenación, el P. Herrera destacó que el don del sacerdocio es "un carisma que nos permitirá servir como otros Cristos al Pueblo de Dios y a toda la humanidad", y construir "puentes de encuentro" entre Dios y los hombres para que tengan abundancia de vida.
En esta vocación más elevada, su experiencia profesional puede enriquecer sus posibilidades pastorales. "Quiero proclamar la Palabra de Dios a tiempo y a destiempo, y veo en los medios la herramienta idónea para cumplir ese anhelo y ganar corazones para Él", comentó a ACI el sacerdote. Pero, a diferencia de lo que se puede llegar a ambicionar desde la perspectiva humana, la comunicación del Evangelio no busca la fama ni la influencia personales. Los nuevos sacerdotes, afirmó, "no viviremos de los privilegios de un rol social, sino que según el Evangelio, nos gozaremos en el gran privilegio del servicio a los demás".
La Eucaristía de su ordenación y la de otros seis sacerdotes fue presidida por Mons. Ricardo Ezzati, Arzobispo de Santiago y concelebrada por el Cardenal Francisco Javier Errázuriz; Mons. Cristián Contreras Villarroel y Mons, Pedro Ossandón, Obispos auxiliares de Santiago; y por el Obispo Castrense, Mons. Juan Barros.
Las palabras de agradecimiento del P. Herrera en nombre propio y de sus compañeros sacerdotes culminaron en una oración a Dios. "Con Cristo, por Él y en él, queremos hacernos pan partido, ofrenda permanente en la cultura actual y entregarnos al servicio de la santificación y de la promoción integral de cada hombre y cada mujer, para alabanza de Tu gloria".
Con información de ACI y Conferencia Episcopal de Chile.
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