Fue la reflexión de Francisco hoy durante la Misa que celebró en la Capilla de la Casa de Santa Marta, en presencia de otro grupo de empleados vaticanos del Apsa: la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica.
Este martes 30 de abril, el Papa indicó en la oración, el camino de custodia y confianza al Señor para “los ancianos, los enfermos, los niños, los jóvenes”, para toda la Iglesia. “Que el Señor nos fortalezca – deseó – para no perder la fe, no perder la esperanza”. Es el acto de confianza de la Iglesia al Señor que el Santo Padre indicó con fuerza, exhortando a todos a la oración en estrecha unión con la acción salvífica de Cristo: "Se puede custodiar la Iglesia, se puede cuidar la Iglesia, ¿no? Debemos hacerlo con nuestro trabajo, pero lo más importante es aquello que hace el Señor: es el Único que puede enrostrar al maligno y vencerlo. Viene el príncipe del mundo, no puede hacerme nada: si queremos que el príncipe de este mundo no se apodere de la Iglesia, debemos confiarla al Único que puede vencer al príncipe de este mundo. He aquí la pregunta: rezamos por la Iglesia, pero ¿por toda la Iglesia? ¿Por nuestros hermanos en todas partes del mundo que no conocemos? Es la Iglesia del Señor y nosotros en nuestra oración decimos al Señor: Señor, mira a tu Iglesia… Es tuya. Tu Iglesia son nuestros hermanos. Esta es una oración que debemos hacer con el corazón, cada vez más ".
El Papa Francisco observó que “es fácil rezar para pedir una gracia al Señor”, “para agradecer” o cuando “necesitamos algo”. Pero es fundamental, explicó, pedir al Señor por todos, por aquellos que han “recibido el mismo Bautismo” diciendo "Son tuyos, son nuestros, custódialos”:
"Confiar la Iglesia al Señor es una oración que hace crecer la Iglesia. Y es también un acto de fe. Nosotros no podemos nada, nosotros - todos- somos pobres servidores de la Iglesia: pero es Él quien puede llevarla adelante, custodiarla y hacerla crecer, hacerla santa, defenderla, defenderla del príncipe de este mundo y de aquello en lo que éste quiere que se convierta la Iglesia, o sea en cada vez más y más mundana. ¡Este es el mayor peligro! Cuando la Iglesia se vuelve mundana, cuando tiene dentro de sí el espíritu del mundo, cuando tiene aquella paz que no es aquella del Señor - aquella paz de Jesús cuando dice 'Les dejo la paz, les doy mi paz', no como la da el mundo- cuando tiene aquella paz mundana, la Iglesia es una Iglesia débil, una Iglesia que será vencida e incapaz de llevar el Evangelio, el mensaje de la Cruz, el escándalo de la Cruz… No puede llevarlo adelante si es mundana".
El Papa reiteró la importancia de la oración para confiar “la Iglesia al Señor”, camino para la “paz que solo él puede dar”:
"Confiar la Iglesia al Señor, confiar los ancianos, los enfermos, los niños, los jóvenes… 'Custodia Señor tu Iglesia: ¡es tuya! Con esta actitud Él nos dará, en medio a las tribulaciones, aquella paz que solo Él puede dar. Esta paz que el mundo no puede dar, aquella paz que no se compra, aquella paz que es un verdadero don de la presencia de Jesús en medio de su Iglesia. Confiar la Iglesia que está en tribulación: existen grandes tribulaciones, las persecuciones… Existen. Pero hay también las pequeñas tribulaciones: las pequeñas tribulaciones de la enfermedad o de los problemas en la familia… Confiar todo esto al Señor: custodia tu Iglesia en la tribulación, para que no pierda la fe, para que no pierda la esperanza".
“Que el Señor nos fortalezca para no perder la fe, para no perder la esperanza”, finalizó pidiendo Francisco, recalcando que este debe ser siempre nuestro ruego al “Señor”. “hacer esta oración de confianza por la Iglesia - concluyó - nos hará bien y hará bien a la Iglesia. Nos dará una gran paz a nosotros y gran paz a la Iglesia, no nos quitará las tribulaciones, pero nos hará fuertes en las tribulaciones”. (RC-RV)
No hay comentarios:
Publicar un comentario