El arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik, hizo llegar su afecto paternal a los diáconos, en ocasión de la fiesta de San Lorenzo, diácono y mártir, y expresó su reconocimiento por la enorme tarea pastoral que realizan en las comunidades”, al tiempo que destacó “la disponibilidad que siempre demuestran cuando se les pide algún servicio”.
También mencionó “el decoro, respeto y recogimiento que guardan en las celebraciones litúrgicas y en los diversos actos devocionales que ustedes presiden”, y agradeció “todo lo que hacen y los aliento en nombre del Señor Jesús, ‘que no vino a ser servido sino a servir’, a continuar en ese camino de entrega apostólica y misionera”.
“La vida de san Lorenzo se resumió en esta hermosa frase: dilexit Ecclesiam, amó a la Iglesia. No hay mayor amor que dar la vida. Con San Lorenzo contemplen sin miedo la Cruz salvadora de Cristo: en ella se encuentra el punto de equilibrio para vivir con igual intensidad y radicalidad el amor a la familia y a la Iglesia. No debería existir competencia entre esos dos amores, sino reciprocidad y profundización”, recordó.
“Identificados con Jesús Servidor, ‘sean apóstoles en sus familias, en sus trabajos, en sus comunidades y en las nuevas fronteras de la misión’, y continúen colaborando en espíritu de diálogo y comunión con los presbíteros, a fin de que el Año de la fe sea para nuestra Iglesia arquidiocesana una ocasión de ‘auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo’”, agregó.
Por último, monseñor Stanovnik recordó la plegaria de ordenación diaconal donde dice: “Que resplandezca en ellos un estilo de vida evangélica, un amor sincero, solicitud por pobres y enfermos, una autoridad discreta, una pureza sin tacha y una observancia de sus obligaciones espirituales”, y suplicó a la Virgen Santísima, María de Itatí, que “les alcance la gracia de vivir con alegría la vocación matrimonial, la vida familiar y el servicio diaconal”.+
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