
También mencionó “el decoro, respeto y recogimiento que guardan en las celebraciones litúrgicas y en los diversos actos devocionales que ustedes presiden”, y agradeció “todo lo que hacen y los aliento en nombre del Señor Jesús, ‘que no vino a ser servido sino a servir’, a continuar en ese camino de entrega apostólica y misionera”.
“La vida de san Lorenzo se resumió en esta hermosa frase: dilexit Ecclesiam, amó a la Iglesia. No hay mayor amor que dar la vida. Con San Lorenzo contemplen sin miedo la Cruz salvadora de Cristo: en ella se encuentra el punto de equilibrio para vivir con igual intensidad y radicalidad el amor a la familia y a la Iglesia. No debería existir competencia entre esos dos amores, sino reciprocidad y profundización”, recordó.
“Identificados con Jesús Servidor, ‘sean apóstoles en sus familias, en sus trabajos, en sus comunidades y en las nuevas fronteras de la misión’, y continúen colaborando en espíritu de diálogo y comunión con los presbíteros, a fin de que el Año de la fe sea para nuestra Iglesia arquidiocesana una ocasión de ‘auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo’”, agregó.
Por último, monseñor Stanovnik recordó la plegaria de ordenación diaconal donde dice: “Que resplandezca en ellos un estilo de vida evangélica, un amor sincero, solicitud por pobres y enfermos, una autoridad discreta, una pureza sin tacha y una observancia de sus obligaciones espirituales”, y suplicó a la Virgen Santísima, María de Itatí, que “les alcance la gracia de vivir con alegría la vocación matrimonial, la vida familiar y el servicio diaconal”.+
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