Las autoridades de China investigan el caso ocurrido en la provincia de Shaanxi, en el norte de China, donde la policía se llevó a la fuerza a la ciudadana Feng Jianmei para obligarla a abortar a su segundo bebé porque no pudo pagar a tiempo los 40.000 yuanes (6.200 dólares) con los que el gobierno sanciona a quienes osan tener más de un hijo.
El esposo de Feng publicó en una popular red social china una foto de su hijo muerto por el efecto de una inyección letal que aplicaron directamente en la cabeza del bebé, mientras la madre permanecía atada a la fuerza a una camilla.
Más de medio millón de chinos comentaron el caso deplorando la actitud de las autoridades. El caso se extendió a Facebook y Twitter y ha sido reproducidos por medios de comunicación en todo el mundo.
China instauró a finales de los ‘70s una drástica política de control de la natalidad que incluye abortos y esterilizaciones forzosas. Los que violan la ley y logran tener más de un hijo sufren consecuencias laborales y sociales.
Sobre este tema, Carlos Polo, director para América Latina del Population Research Institute, consideró que hacer visibles estos abusos "es el primer paso de su erradicación".
"Desde la primera visita de nuestro Presidente Steve Mosher a China en 1979, el PRI ha enviado varios equipos de investigación sobre la aplicación de la política de un solo hijo. En el 2009, PRI envió un equipo de investigación de campo a seis condados donde el Fondo de Población de la ONU ayudaba a China a aplicar esta política.
La evidencia de multas impagables como en este caso, represalias contra familiares, persecuciones, abortos tardíos forzados de niños a poco de nacer, etc. se entregaron a funcionarios en Washington y otras capitales con la recomendación de detener el financiamiento de esa organización de control poblacional. Nuestro trabajo ha permitido que se le recorten cientos de millones de dólares que lamentablemente el gobierno de Obama le ha devuelto".
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