jueves, 12 de noviembre de 2015

Con María, confiar en la Misericordia, mirar con su amor, apresurarse en socorrer. Gratitud del Papa a los guanelianos



«Vuestra familia surgió en la confianza del Padre, bajo la mirada de Jesús y en las manos maternas de María», recordó el Papa con su profunda gratitud por el bien que hacen, por acogerlo a él también en la Familia Guaneliana y exhortándolos a perseverar en confiar, mirar y apresurarse.
Confiar en la Divina Providencia. Reflexionando sobre el primero de estos tres verbos, hizo hincapié en el amor concreto y providente del Padre, como muestra la vida de Don Guanella, para él no era una ‘poesía’, sino una realidad: Dios nos cuida y quiere que confiemos en él, sin caer en la tentación del desaliento:
«Él nos ama más de lo que nosotros nos amamos a nosotros mismos y sabe cuál es nuestro verdadero bien. Por ello, desea que en nuestra vida seamos lo que somos en el momento del Bautismo: sus hijos amados, capaces de vencer el miedo y de no caer en el lamento, porque el Padre nos cuida».
Mirar con los ojos y el corazón de Jesús, para que no falte la caridad en nuestro mundo señaló el Papa en el segundo verbo:
«En el mundo no faltan nunca los problemas y nuestro tiempo conoce lamentablemente nuevas pobrezas e injusticia. Pero la carestía más grande es la de la caridad: sobre todo, se necesitan  personas con ojos renovados por el amor  y miradas que infundan esperanza».
Y apresurarse como la Madre de Dios, pues los pobres y los que sufren no pueden esperar:
«La Virgen se apresuró para ayudar a su prima Isabel. Escuchemos también nosotros la invitación del Espíritu a salir enseguida al encuentro del que necesita nuestro cuidado y afecto, porque como enseñaba San Luis ‘un corazón cristiano que cree y que siente no puede pasar delante de las indigencias del pobre sin socorrerlo».

No hay comentarios: