Lunes 30 enero 2012 (ZENIT.org).-
Con un día de diferencia, fueron asesinados dos sacerdotes en los países fronterizos de México y Guatemala. En ambos casos, la Iglesia atribuye lo sucedido a la actividad de las bandas delictivas en el primer caso y al clima de violencia creciente, en el segundo.
El sacerdote Genaro Díaz, de la parroquia de La Inmaculada Concepción, ubicada en Villas de la Hacienda, Atizapán, México, fue asesinado en la mañana del 28 de enero en el interior de la casa parroquial.
Pedro González Mendoza, director de Seguridad Pública y Tránsito de Atizapán, informó que al parecer el homicidio ocurrió entre 6:00 y 7:00 horas de este sábado.
Agregó que el sacerdote, de 68 años de edad, tenía pijama y pantuflas, por lo que al parecer escuchó ruidos o tocaron y abrió la puerta de la casa parroquial.
Dijo que espera que personal de la Procuraduría de Justicia de la entidad realice los peritajes correspondientes, pues a simple vista no se determina si recibió disparos de arma de fuego o fue golpeado por algún objeto contundente, como un bate.
El obispo de la diócesis de Nezahualcóyotl, Héctor Luis Morales Sánchez, lamentó la muerte del sacerdote a manos de las bandas delictivas.
Reconoció que en algunos municipios de la diócesis siguen ocurriendo hechos violentos y la inseguridad para las personas, sin embargo, corresponde a todos los mexiquenses cuidarse y denunciar cualquier hecho ilícito.
Aseveró que ante la inseguridad, cuando se tiene mínima asistencia de católicos, cierran las iglesias para evitar robos o posibles agresiones a religiosos.
Ante esta situación, pidió a los católicos de la diócesis que comprende los municipios de Nezahualcóyotl, Los Reyes La Paz e Ixtapaluca, que estén pendientes ante posibles actos de agresión y extremen las medidas de seguridad.
El obispo expresó sus condolencias a la familia del sacerdote asesinado y exhortó a continuar trabajando con las familias para que se vayan formando en los valores “y no tengamos hechos como los que estamos lamentando ahora".
Por otra parte, en la mañana del 27 de enero la Iglesia guatemalteca se vistió de luto por el asesinato del sacerdote David Donis Barrera, de 60 años, perteneciente a la comunidad del Santa Rosa, que viajaba con el sacristán de la Parroquia de La Sagrada Familia, Vicente Donis Barrera que resultó ileso.
El padre David brutalmente asesinado en el kilómetro 52 de la carretera entre la frontera con El Salvador acababa de celebrar la Santa Misa, y se dirigía a la ciudad de Guatemala, donde se verificó un accidente automovilístico.
El conductor del otro vehículo dio alcance al del sacerdote, quienes en represalia por lo ocurrido dispararon a ráfaga contra el sacerdote. Guatemala, con 14,3 millones de habitantes y un promedio de 16 asesinatos diarios, es uno de los más violentos del Latinoamérica. En 2011 fueron asesinadas unas 6.000 personas.
Cientos de vecinos, además de representantes de la Iglesia Católica participaron este domingo en el sepelio del sacerdote, en Nueva Santa Rosa.
Monseñor Rodolfo Quezada, arzobispo de Guatemala, fue enérgico al condenar el hecho y exigió que “este crimen se esclarezca, sobre todo ahora que el gobierno ha dado su palabra de disminuir la violencia”.
Monseñor Quezada dijo: “Esta muerte se une a los millares de guatemaltecos que han perdido su vida en el país, tanto en la actualidad como el conflicto armado”. Invitó a orar y actuar en favor de la paz.
Durante la misa, oficiada por monseñor Bernabé Sagastume, obispo de Santa Rosa, se observó una larga fila de personas que se acercaban al féretro a ver por última vez al padre David. Al verlo, pedían que haya pronto paz en el país. Sobre el féretro estaban colocadas las vestimentas de su sacerdocio y una Biblia. El obispo pidió por la conversión de los asesinos del religioso.
David Donis Barrera estaba asignado, desde hacía dos años, a la parroquia Sagrada Familia, de Oratorio, Santa Rosa, y ejerció su labor sacerdotal por más de 40 años. Los parroquianos dijeron que imitarán su ejemplo de amor a Dios.
El sacerdote Genaro Díaz, de la parroquia de La Inmaculada Concepción, ubicada en Villas de la Hacienda, Atizapán, México, fue asesinado en la mañana del 28 de enero en el interior de la casa parroquial.
Pedro González Mendoza, director de Seguridad Pública y Tránsito de Atizapán, informó que al parecer el homicidio ocurrió entre 6:00 y 7:00 horas de este sábado.
Agregó que el sacerdote, de 68 años de edad, tenía pijama y pantuflas, por lo que al parecer escuchó ruidos o tocaron y abrió la puerta de la casa parroquial.
Dijo que espera que personal de la Procuraduría de Justicia de la entidad realice los peritajes correspondientes, pues a simple vista no se determina si recibió disparos de arma de fuego o fue golpeado por algún objeto contundente, como un bate.
El obispo de la diócesis de Nezahualcóyotl, Héctor Luis Morales Sánchez, lamentó la muerte del sacerdote a manos de las bandas delictivas.
Reconoció que en algunos municipios de la diócesis siguen ocurriendo hechos violentos y la inseguridad para las personas, sin embargo, corresponde a todos los mexiquenses cuidarse y denunciar cualquier hecho ilícito.
Aseveró que ante la inseguridad, cuando se tiene mínima asistencia de católicos, cierran las iglesias para evitar robos o posibles agresiones a religiosos.
Ante esta situación, pidió a los católicos de la diócesis que comprende los municipios de Nezahualcóyotl, Los Reyes La Paz e Ixtapaluca, que estén pendientes ante posibles actos de agresión y extremen las medidas de seguridad.
El obispo expresó sus condolencias a la familia del sacerdote asesinado y exhortó a continuar trabajando con las familias para que se vayan formando en los valores “y no tengamos hechos como los que estamos lamentando ahora".
Por otra parte, en la mañana del 27 de enero la Iglesia guatemalteca se vistió de luto por el asesinato del sacerdote David Donis Barrera, de 60 años, perteneciente a la comunidad del Santa Rosa, que viajaba con el sacristán de la Parroquia de La Sagrada Familia, Vicente Donis Barrera que resultó ileso.
El padre David brutalmente asesinado en el kilómetro 52 de la carretera entre la frontera con El Salvador acababa de celebrar la Santa Misa, y se dirigía a la ciudad de Guatemala, donde se verificó un accidente automovilístico.
El conductor del otro vehículo dio alcance al del sacerdote, quienes en represalia por lo ocurrido dispararon a ráfaga contra el sacerdote. Guatemala, con 14,3 millones de habitantes y un promedio de 16 asesinatos diarios, es uno de los más violentos del Latinoamérica. En 2011 fueron asesinadas unas 6.000 personas.
Cientos de vecinos, además de representantes de la Iglesia Católica participaron este domingo en el sepelio del sacerdote, en Nueva Santa Rosa.
Monseñor Rodolfo Quezada, arzobispo de Guatemala, fue enérgico al condenar el hecho y exigió que “este crimen se esclarezca, sobre todo ahora que el gobierno ha dado su palabra de disminuir la violencia”.
Monseñor Quezada dijo: “Esta muerte se une a los millares de guatemaltecos que han perdido su vida en el país, tanto en la actualidad como el conflicto armado”. Invitó a orar y actuar en favor de la paz.
Durante la misa, oficiada por monseñor Bernabé Sagastume, obispo de Santa Rosa, se observó una larga fila de personas que se acercaban al féretro a ver por última vez al padre David. Al verlo, pedían que haya pronto paz en el país. Sobre el féretro estaban colocadas las vestimentas de su sacerdocio y una Biblia. El obispo pidió por la conversión de los asesinos del religioso.
David Donis Barrera estaba asignado, desde hacía dos años, a la parroquia Sagrada Familia, de Oratorio, Santa Rosa, y ejerció su labor sacerdotal por más de 40 años. Los parroquianos dijeron que imitarán su ejemplo de amor a Dios.
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