martes, 27 de septiembre de 2011

Nunca podemos olvidarnos de ser discípulos


Avellaneda (Buenos Aires), 27 Set. 11 (AICA)

En vísperas del Día Bíblico Nacional, el obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Oscar Frassia, realizó su reflexión radial en el programa Compartiendo el Evangelio.

En su mensaje aseguró que “el evangelio nos habla de la coherencia, la adhesión y la pertenencia. También habla de la respuesta, de la responsabilidad, de lo que significa fe y vida.


No basta decir ` ¡Señor, Señor!´ sino que hay que ponerlo en práctica, encarnarlo en nuestra vida”.

El prelado afirmó: “Jesús critica a los fariseos de aquel entonces; y ese fariseísmo se puede instalar en nuestra vida y podemos llegar a decir sí, yo cumplo, pero cumplo y no doy nada más” y agregó que “este es el famoso `cumplimiento´, cumplo y miento- porque en el fondo no le di mi corazón a Dios; no le di toda mi vida; le respondí para sacármelo de encima”.

“Muchas veces – señala monseñor Frassia- aquellos que son pecadores, pero que son humildes, que realmente se dan cuenta que están mal y que llaman a las cosas por su nombre, esos están más cerca porque son humildes, se abren a Dios y se pueden arrepentir. En cambio el que cree que ya está satisfecho, el que cree que ya está todo bien, ese está más lejos de Dios y del Reino”.

El pastor pidió a Dios: “Claridad y humildad para poder reconocer que todavía nos falta y que siempre vamos a ser discípulos para estar cerca del Maestro. Y recordemos que, si en la vida llegamos a ser maestros, nunca podemos olvidarnos de ser discípulos. El discípulo mira al maestro y el maestro sigue siendo discípulo, es decir sigue aprendiendo”.

“Que el Señor nos ayude a hacer, fundamentalmente, la voluntad de Nuestro Padre que es lo mejor, lo principal y fundamental en nuestra vida” resaltó el obispo.

Como conclusión, monseñor Frassia dijo: “Les dejo mi bendición para que, escuchando bien, podamos responder bien, con el corazón, con la inteligencia, con la mente, con la voluntad, ¡con toda la vida y con toda nuestra persona!, porque el Señor merece la totalidad de nuestra vida en la respuesta”. +

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