martes, 8 de febrero de 2011

Ucrania asiste a una explosión de vocaciones al sacerdocio en la comunidad grecocatólica

(Zenit/InfoCatólica) El obispo grecocatólico declaró que la mitad de las solicitudes para estudiar en un seminario en algunos lugares de Ucrania occidental han de ser rechazadas por falta de espacio. En algunas áreas, dos de cada tres personas que querrían ser seminaristas no lo logran cuando presentan su solicitud de inscripción.

El obispo de Ucrania señaló que los candidatos a entrar en el seminario tienen que realizar cuatro exámenes que forman parte del proceso de selección. “Agradecemos mucho que haya gente como ustedes que comprenden el importante papel que una vocación sacerdotal puede desempeñar en el mundo de hoy”, dijo el prelado a Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN). “Y de que ustedes pongan este punto de vista en práctica, ofreciendo apoyo material a la formación de nuestras vocaciones”, añadió.

En un país en el que un tercio de la población vive bajo el umbral de la pobreza, AIN apoya a 86 seminaristas diocesanos, y sigue ayudando después de la ordenación sacerdotal proporcionando estipendios de misas a 287 sacerdotes. En un mensaje a los benefactores de la organización humanitaria católica, el obispo afirma:

“Les envío mi más sincero saludo desde Ucrania y les expreso nuestro más cordial agradecimiento por su respuesta a los llamamientos de Ayuda a la Iglesia Necesitada para que ayudaran a nuestra Iglesia a afrontar las múltiples necesidades que han surgido tras un periodo de persecución prolongada”.

“Junto a ustedes, estamos construyendo el Templo de almas humanas, cuya grandeza depende únicamente de la sinceridad de los esfuerzos que cada uno de nosotros haga según su personal capacidad”, añade. Según el obispo Pryryz, los jóvenes se encaminan al sacerdocio porque buscan un desafío. Afirmó: “Les inspira ver a buenos sacerdotes, y que la Iglesia vive el evangelio social”.

El beato Omelian Korch, ejemplo para los jóvenes
“Muchos jóvenes ven los aspectos positivos y negativos. El positivo de cómo la Iglesia sirve a la gente, y el negativo de lo dura que es la vida en las calles y las aldeas”, explica. Citó al sacerdote diocesano beato Omelian Korch, que ayudó a judíos durante la ocupación nazi, como “un gran ejemplo para los jóvenes”. Korch fue asesinado en el campo de concentración de Majdanek, en las afueras de Lublin, Polonia, en 1944.

El obispo Pryryz comenta: “Su familia trató de sacarle de la cárcel pero les escribió diciéndoles que no se preocuparan. Permaneció junto a los judíos y murió con ellos”. “La Iglesia católica da un gran ejemplo de servicio y sufrimiento, tenemos que dar a la gente un grandísimo ejemplo”, añade. El desafío que afrontaron los ucranianos bajo el fascismo y el régimen soviético afectó mucho al país desde los inicios de la segunda guerra mundial.

En su agradecimiento a los benefactores, y reflexionando sobre las dificultades de la restauración de la Iglesia tras la caída del comunismo, monseñor Pryryz les dice que “han permitido a nuestra Iglesia recuperar una presencia normal en la vida pública de nuestro país”, y “han respondido a las necesidades de nuestra Iglesia y del pueblo fiel de Dios”. Y añade el prelado, “nosotros, a cambio, les prometemos hacer todo lo que podamos para promover la esperanza que tenemos en común”.

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