lunes, 21 de febrero de 2011

El papa Benedicto XVI exhortó a vencer el mal con el bien

Ciudad del Vaticano, 21 Feb. 11 (AICA)
El papa Benedicto XVI dedicó su alocución del Ángelus dominical en la plaza de San Pedro a las lecturas bíblicas que en estos domingos hablan de la voluntad de Dios para que los hombres sean partícipes de su propia vida. “Ustedes serán santos porque yo, el Señor, su Dios, soy Santo”; “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Son palabras y preceptos que se leen en el Libro del Levítico, indicó el Papa. “Si escuchamos después a Jesús, en el cual Dios asumió un cuerpo mortal para hacerse próximo a cada hombre y revelar su amor infinito por nosotros, encontramos esta misma llamada y el mismo audaz objetivo.

“De hecho -indicó el Pontífice- el Señor dice: "Sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el Cielo”. “¿Pero quién puede ser perfecto?”, se preguntó el Santo Padre. “Nuestra perfección es vivir con humildad como hijos de Dios, cumpliendo concretamente su voluntad”. San Cipriano escribía que “a la paternidad de Dios debe corresponder un comportamiento de hijos de Dios, para que Dios sea glorificado y alabado con la buena conducta del hombre”. Y “¿De qué manera podemos imitar a Jesús?”. Él dice: “Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo”.

Quien recibe al Señor en su propia vida y lo ama con todo el corazón es capaz de un nuevo inicio. Consigue cumplir la voluntad de Dios al realizar una nueva forma de existencia animada por el amor y destinada a la eternidad.

A estas palabras Benedicto XVI añadió las del Apóstol Pablo: “¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes?”. “Si somos conscientes de esta realidad y la plasmamos en nuestra vida -afirmó el Pontífice- entonces nuestro testimonio será claro, elocuente y eficaz”. El Papa citó a este respecto a Juan Clímaco, que decía: “Cuando el ser humano, por entero, se mezcla con el amor de Dios, entonces el esplendor de su alma se refleja también en su aspecto exterior”.

El Santo Padre antes de la oración del Ángelus recordó que el martes 22 de febrero celebramos la fiesta de la Cátedra de San Pedro apóstol. A él, primero entre los Apóstoles, Cristo confió la tarea de Maestro y de Pastor para la guía espiritual del Pueblo de Dios, para que éste pueda subir hasta el Cielo.

Exhorto, por tanto, a todos los Pastores a asimilar aquel “nuevo estilo de vida” que fue inaugurado por el Señor Jesús y que fue seguido por los Apóstoles. Invoquemos a la Virgen María, Madre de Dios y de la Iglesia, para que nos enseñe a amarnos los unos con los otros y a aceptarnos como hermanos, hijos del Padre celestial.

Saludando en distintas lenguas a los fieles reunidos en la plaza de San Pedro, el Papa, después de la oración mariana, insistió sobre el mismo tema: “Amen a sus enemigos -dijo-. Cuando se sufre por el mal, la persecución, la injusticia, evitemos la venganza y el odio y recemos por los perseguidores. Venzamos el mal con el bien. Confiemos a Dios todas nuestras adversidades para alcanzar la libertad y la paz espiritual”.+

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