miércoles, 11 de noviembre de 2009

PORQUE SAN MARTIN DE TOURS ES PATRONO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES?


Nació en Panonia, hacia el año 316, de padres paganos. Habiendo recibido el bautismo y renunciado a la milicia, fundó un monasterio en Ligugé (Francia), donde practicó la vida monástica bajo la dirección de san Hilario. Más tarde, fue ordenado sacerdote y elegido obispo de Tours. Fue un modelo de buen pastor y fundó otros monasterios, trabajó en la formación del clero y evangelizó a los pobres. Murió el año 397.

El hecho más famoso de su vida: Siendo un joven militar en Amiens (Francia), un día de invierno muy frío se encontró por el camino con un pobre hombre que sufría por su poca ropa. Martín, como no llevaba nada más para regalarle, sacó la espada y dividió en dos partes su capa, y le dió la mitad. Esa noche vio en sueños que Jesucristo se le presentaba vestido con la media capa que él había regalado al pobre y oyó que le decía: "Martín, hoy me cubriste con tu capa".

Origen de la palabra "capilla": La media capa de San Martín fue guardada en una urna y se le construyó un pequeño santuario. La palabra "capa" es latina y "media capa" en latín es "capilla", por lo que la gente decía: "Vamos a orar donde está la capilla". Y de ahí viene el nombre de capilla, que se da a los pequeños lugares dedicados a la oración.

Por la intercesión de San Martín recordemos que todo favor hecho al prójimo lo hacemos a Jesucristo.

Un hecho sumamente curioso llevó a que San Martín fuera designado patrono de la capital argentina. En junio de 1580, a poco de fundada la ciudad por segunda vez, sus autoridades, encabezadas por los cabildantes, los alcaldes de Hermandad, y los representantes del clero, se reunieron en el Cabildo para designar al Santo bajo cuya protección iban a colocar al incipiente poblado.
En la oportunidad, se pusieron los nombres de los “candidatos” dentro de una galera y llamaron a un niño para que extrajera uno. El nombre que salió fue el de San Martín de Tours, a lo que las autoridades hispanas pusieron “peros”. “¡Un santo francés jamás!”. La operación se repitió y el nombre de Martín volvió a salir consecutivamente dos veces más. No quedaron dudas de que el Santo de las Galias debía ser el patrono de Buenos Aires.
Como dice el poeta Francisco Luis Bernárdez en su Oración a San Martín, éste, “no teniendo con qué socorrer al mendigo, como aquella causa era justa, desenvainó la espada que llevaba al cinto, rasgó por el medio su capa, le alargó la mitad y siguió su camino, llevando la otra mitad para cubrir espiritualmente al pueblo argentino, que, con el andar de los años, había de nacer aquí, donde nacimos”.

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