viernes, 26 de febrero de 2016

Cuaresma: tiempo de conversión

Atravesar el tiempo de cuaresma es peligro y desafío, riesgo y posibilidad. Trae consigo el peligro de quedar atascados en un ya agotado esquema de “pensar que malo soy, intentar acceder al perdón de un dios triturado por nuestra culpa y esbozar un inútil voluntarismo para intentar cambiar algo por cuarenta días”… pero también es un desafío y una invitación para tomar cada día más conciencia de nuestra fragilidad y la de nuestros hermanos y así confiarnos a la infinita misericordia de Dios e intentar ser signos de la misma para aquellos que más sufren. 


Conlleva el riesgo de que en vez de ser un tiempo de compasión acabe siendo de frustración, por no poder ni asomarnos a altos ideales de perfección que parecieran deben ser de los cristianos, sumergiéndonos de inmediato en un luto que nos aleja muchísimo de la propuesta de Jesús…pero es también una posibilidad de revisión de mi cotidianeidad, la de mi barrio, la de los pibes, la de las pibas, para intentar acercarnos a las distintas vulnerabilidades (tanto las nuestras, como las de los más pobres) que más necesitan del amor de Dios y la solidaridad de los hombres. Por todo esto...

Cuaresma es tiempo para convertir la mirada…

…para pasar de la mirada estigmatizadora o rotuladora, a la mirada esperanzada que sabe reconocer lo bueno que hay en el otro…
…para pasar de la mirada fatalista o catastrófica acerca de la vida de los pibes y las pibas, para nacer a una mirada compasiva, tierna, que sabe captar la presencia de Dios entre los últimos…
…para pasar de una mirada superficial, simple o incluso cómplice con algunos atropellos e injusticias de la realidad, para nacer a una mirada crítica, que sepa captar aquellas cosas que atentan contra el Evangelio, para adoptar una actitud profética de denuncia y anuncio…
…para pasar de una mirada que ve simplemente jóvenes, a una mirada eucarística que puede captar la presencia del otro como un sagrario vivo, como Dios mismo que sale al encuentro…

Tiempo para convertir las manos y los pies…

…para pasar de la estabilidad de los escritorios y nuestras oficinas, a la desestabilidad de las calles, las barriadas, el barro santo de nuestra gente querida…
…para pasar de la praxis meramente asistencialista e improvisada, a la praxis de promoción integral de las personas, reivindicando la dignidad de todos y todas por medio de la unidad y la organización…
…para pasar de la oración confiada y esperanzada a Dios que nos llama y escucha siempre, a la respuesta creativa, a la acción comprometida y concreta con la construcción activa del Reino de Dios entre los últimos…

Tiempo para convertir el corazón…

…para pasar de un corazón insensible, duro y de piedra, a un corazón permeable ante la realidad de los más sufrientes, un corazón de barro que se conmueva ante el dolor y pueda sintonizar con el sentir del pueblo…
…para pasar de un corazón que juzga, critica y cuestiona a los demás, a un corazón compasivo que sabe sentir como el Padre misericordioso, que sabe perdonar y amar siempre…

Tiempo para volver a nacer…

…a la confianza en Dios que camina a la par de su pueblo estos cuarenta días…
…al servicio que se hace máxima expresión en el lavatorio de los pies el jueves santo…
…a la esperanza que nos consuela ante el dolor desgarrador del viernes santo…
…a la espera confiada y paciente que nos sostiene el sábado santo…
…a la Vida que tiene siempre la última palabra sobre la muerte y a la alegría que nos hace siempre más fuertes el domingo de resurrección…

Emiliano - Mauro

CULTURA DE BARRO


VER: http://culturadebarro.blogspot.com.ar/2016/02/cuaresma-tiempo-de-conversion.html

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