domingo, 22 de marzo de 2009

El Papa pide a obispos argentinos promover vocaciones sacerdotales y pastoral familiar

Al recibir a los 31 obispos argentinos de visita ad limina en el Vaticano, el Papa Benedicto XVI valoró esta mañana la unidad del Episcopado argentino, destacó las "fatigas y desvelos" para hacer de la Iglesia "casa y escuela de comunión" y les exhortó a un "gran esfuerzo" para promover las vocaciones sacerdotales en el país.
Ante los prelados, encabezados por el Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Jorge Mario Bergoglio, el Pontífice pidió "proyectar una pastoral matrimonial y familiar más incisiva, que tenga en cuenta la dimensión vocacional del cristiano, así como una pastoral juvenil más audaz, que ayude a los jóvenes a responder con generosidad al llamado que Dios les hace".
"También es necesario intensificar la formación de los seminaristas en todas sus dimensiones: humana, espiritual, intelectual, afectiva y pastoral, llevando a cabo además una eficaz y exigente labor de discernimiento de los candidatos a las sagradas órdenes", subrayó en su discurso.
Asimismo, insistió en que "en esta óptica de profundizar en la comunión dentro de la Iglesia, es de suma importancia reconocer, valorar y estimular la participación de los religiosos en la actividad evangelizadora diocesana, a la que enriquecen con la aportación de sus respectivos carismas".
También les recordó que "los fieles, en virtud de su bautismo, están llamados a cooperar en la edificación del Cuerpo de Cristo. Para ello hay que llevarlos a tener una experiencia más viva de Jesucristo y del misterio de su amor. El trato permanente con el Señor mediante una intensa vida de oración y una adecuada formación espiritual y doctrinal aumentará en todos los cristianos el gozo de creer y celebrar su fe y la alegría de pertenecer a la Iglesia, impulsándoles así a participar activamente en la misión de proclamar la Buena Noticia a todos los hombres".

lunes, 16 de marzo de 2009

19 DE MARZO: DIA DEL SEMINARIO


El Día del Seminario es una llamada de atención a la comunidad cristiana sobre su responsabilidad en la pastoral de las vocaciones al ministerio sacerdotal
El seminario en sus diversas formas antes que ser un lugar o un espacio material, debe ser un ambiente espiritual, un itinerario de vida, una atmósfera que favorezca y asegure un proceso formativo, de manera que el que ha sido llamado por Dios al sacerdocio pueda llegar a ser, con el sacramento del orden, una imagen viva de Jesucristo, cabeza y pastor de la Iglesia.
«Vivir en el seminario, escuela del Evangelio, es vivir en el seguimiento de Cristo como los Apóstoles; es dejarse educar por él para el servicio del Padre y de los hombres, bajo la conducción del Espíritu Santo. Más aún, es dejarse configurar con Cristo, buen pastor, para un mejor servicio sacerdotal en la Iglesia y en el mundo. Formarse para el sacerdocio es aprender a dar una respuesta personal a la pregunta fundamental de Cristo: «¿Me amas?» (Jn 21, 15). Para el futuro sacerdote, la respuesta no puede ser sino el don total de su vida» (P.D. V n 42)
Las líneas fundamentales sobre las que se asienta la formación en el seminario son las siguientes:

a. Piedad: Las dos fuerzas que sostendrán la vida espiritual del Seminario serán la Eucaristía en su triple dimensión: sacrificio, comunión y permanencia del Señor en el sagrario, y la filial devoción a la Santísima Virgen, en la imitación de sus virtudes, dando primacía a la vida de la oración y responsabilidad en el cumplimiento de la voluntad de Dios y de la caridad en base a la doctrina y el ejemplo de los maestros reconocidos de la vida espiritual. La formación espiritual tendrá en cuenta la regla-clave de toda praxis cristiana -praxis apostólica y pastoral, praxis de la vida interior y de la social- recomendada como medio esencial por S. S. Juan Pablo II en la Encíclica “Redemptor Hominis”, es decir, el conocimiento adecuado de la vocación y de la responsabilidad por esta gracia singular, única e irrepetible, mediante la cual todo cristiano construye el cuerpo de Cristo. Tendrá como meta la vida de la fe y el renovado descubrimiento de su relación vital con Cristo. La piedad será eminentemente sacerdotal, es decir, irá preformando la imagen de Cristo Sacerdote.
b. Formación doctrinal: tendrá como fundamento el Magisterio ordinario y extraordinario de la Iglesia Católica en íntima unión con las directivas y orientaciones del Santo Padre y Sagradas Congregaciones; la doctrina de Santo Tomás de Aquino, tanto en el campo de las ciencias sagradas como en el de la filosofía, constituirá el núcleo de su enseñanza.
c. Disciplina: estará informada por la “gran disciplina de la Iglesia” que debe conservarse en la vida de los sacerdotes y de los fieles, y orientaciones de los Romanos Pontífices. Esta disciplina irá forjando un estilo de vida recio y viril en el dominio de las inclinaciones, en el hábito de juzgar y comportarse en todas las circunstancias de la vida, según las máximas del Evangelio y los ejemplos de Jesús. Para este fin se dará gran importancia al silencio y al recogimiento.
d. Pastoral: los seminaristas se iniciarán en una forma moderada y conforme a las exigencias de una formación progresiva de la práctica del apostolado. (Tomado de una circular con fecha del 11 de Febrero, Festividad de Nuestra Señora de Lourdes, de 1980.)SEMINARIO SAN MIGUEL ARCANGEL DE SAN LUIS(EL VOLCAN)

FELIZ Y SANTO DIA A TODOS

LOS SEMINARIOS DEL MUNDO ENTERO
Y QUE SAN JOSE LOS GUIE HACIA

CRISTO SACERDOTE PARA SIEMPRE


viernes, 13 de marzo de 2009

ESPECIAL DE SAN JOSÉ

Fiestas
Marzo 19 : Esposo de la Virgen María
Mayo 1 : San José obrero Oficio de lectura
Domingo después de Navidad : La Sagrada Familia


San José es cabeza de la Sagrada Familia. El hombre en quien Dios confió sus mas valiosos tesoros. Esposo de María Santísima, padre virginal de Jesús. No hay en el cielo santo mas grande después de su esposa, María. El Papa Pío IX nombró a San José, en 1847, Patrono de la Iglesia universal. Si la fiesta, 19 de marzo, cae en Semana Santa, se anticipa al primer sábado anterior a ella. Esta festividad, que ya existía en numerosos lugares, se fijó en esta fecha durante el siglo XV y luego se extendió a toda la Iglesia como fiesta de precepto en 1621.
La paternidad de San José alcanza no sólo a Jesús sino a la misma Iglesia, que continúa en la tierra la misión salvadora de Cristo. El Papa Juan XXIII incorporó su nombre al Canon Romano, para que todos los cristianos -en el momento en que Cristo se hace presente en el altar- veneremos su memoria.

San José y la Sagrada Familia
Jesús se encarnó y quiso ser como nosotros en todo menos en el pecado. Como nosotros, siendo niño, dependió completamente sus padres. María su madre no estaba sola. Tenía José, su esposo.
Meditemos sobre la virtud de San José, custodio de la Sagrada Familia.
Sin San José, Jesús hubiese muerto en el vientre de su madre. Pero San José reconoció a María como su mujer, aun sabiendo que aquel niño no era su hijo. El creyó que era del Espíritu Santo. ¿Cuantos hombres lo hubiesen hecho?
Sin San José, Jesús hubiese muerto, asesinado por Herodes junto a los otros niños de Belén. Cuantos pequeños corazones fueron traspasados aquel día. Cuantas madres desconsoladas. Pero Gracias a José. Jesús y María pudieron llegar al día del Calvario. ¿Cuantos hombres hubiesen sacrificado todo para llevar a la Madre y al niño a una tierra extranjera y vivir allí sin saber hasta cuando?
¿Como habrá sido aquella huida a Egipto? -José protegiendo a María y al niño Jesús. -Habrá pasado hambre, dándoles lo poco que encontrase para comer.-Estaría agotado, cargando con lo poco que tenían sin saber por cierto a donde iban.-Pasaría noches sin dormir, ya que acampaban al raso, en caminos muy peligrosos. El estaría al tanto, despertando al menor ruido...-Sufriría humillaciones, tratando de buscar algún trabajo sin siquiera conocer el idioma...
La Sagrada Familia sufrió como toda familia de inmigrantes, viviendo día a día sin saber el próximo paso de la providencia.
¿Como habrá correspondido María?, con que agradecimiento y dulzura. María no se quejaba por las dificultades, mas bien las pasaba de alto. Su forma de ser, llena del Espíritu Santo le daría a José la fuerza para seguir adelante. Sí José cobraba fuerza al contemplar a María con el niño. Todo trabajo y sufrimiento tenía entonces sentido para el.
José y María confiaron en Dios sin poder entender las difíciles circunstancias en que debían vivir. CONFIAZA PLENA EN DIOS les llevó a vivirlo todo con amor.

Hay dos rosarios dedicados a San José
El primer rosario de San José
Está compuesto por nueve misterios, divididos en tres partes. Cada una de ésta partes está compuesta por una década de cuentas, haciendo un total de 30 cuentas en honor a los 30 años que San José pasó en compañía de Jesús y María. En cada una de las cuentas se reza un Ave María y se termina cada década con un Gloria al Padre.

Los Misterios son los siguientes:Misterios de la Primera década:1. La Encarnación2. La perplejidad de San José (ante el embarazo de la Santísima Virgen)3. El nacimiento de nuestro Señor Jesucristo en Belén.Misterios de la Segunda década:1. La Presentación del Niño Jesús en el Templo.2. La Huida a Egipto.3. El niño Jesús hallado en el templo.Misterios de la Tercera década:1. La vida oculta de Jesús en Nazaret.2. La muerte de San José.3. La coronación de San José en el cielo.Al concluir el Rosario de se rezan tres actos de contrición y se le pide a San José que obtenga el perdón y la misericordia.

El segundo rosario de San José
Está dividido en 15 grupos de cuatro cuentas cada uno, de las cuales una es blanca y las otras tres son color púrpura. Las cuentas blancas simbolizan la pureza de San José y las púrpuras su santa piedad. Un misterio del Rosario se considera en cada una de las cuentas blancas (un total de 15) y se rezan dos Ave Marías.

En las cuentas color púrpura se reza: "¡Bendito y alabado sean Jesús María y José!"
El Rosario se termina con la siguiente oración:
Ruega por nosotros, Oh glorioso San José!
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo!
Oración:" Oh Dios, quien predestinaste a San José desde toda la eternidad para el servicio de tu eterno Hijo y de su Madre, y le hiciste digno de ser el esposo de esta Virgen bendita y padre adoptivo de tu Hijo: te rogamos que a través de todos los servicios que brindó a Jesús y a María en la tierra, que nos hagas dignos de su intercesión y nos concedas gozar de la alegría de su compañía en el cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.